En el episodio 9 de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva', su protagonista desveló las horas siguientes a la agresión que su hija, Rocío Flores, le propinó y que acabó con un parte médico de graves lesiones y una denuncia interpuesta por la menor y su padre en la Guardia Civil. 

Rocío Carrasco aludió en un momento del capítulo a la tutora de su hija, María Jesús, quien fue testigo de múltiples confesiones de la madre sobre los altercados familiares que se producían y que complicaban el progreso de Flores en su fase educativa. La docente aseguró que la nieta de Rocío Jurado "no estudiaba mucho", pero que era "una niña normal y corriente, como cualquier adolescente que tiene una rebeldía", sostenía. 

"¿Cuándo empezaste a saber de los problemas que tenía su madre con ella?", preguntaba la periodista de Telecinco. "Prácticamente desde que empezaron, porque yo con Rocío Carrasco he tenido confianza desde el minuto uno", señalaba, desvelando al mismo tiempo que ella también fue profesora de la madre.

 "Rocío era una madre preocupada por su hija"

Al ser preguntada por el papel de madre de Carrasco, la docente contestaba al instante: "Rocío era una madre preocupada por su hija. Era muy protectora. Le dábamos las noticias si había algún problema con los profesores y, por supuesto, si la llamaba para alguna reunión, venía físicamente. Si no podía porque no estaba en Madrid, hablábamos por teléfono, pero como el resto de los padres". De la misma manera, recuerda que ella "siempre se preocupaba por las notas y por el comportamiento o por cualquier devenir que hubiera en el colegio".

Acto seguido, remarcaba el papel protector de Carrasco sobre Flores cuando era una adolescente: "Era una madre dedicada a su hija. Sobre todo, lo que ella hacía era tener un contacto más estrecho, en este caso conmigo, pero podía haber sido con cualquier otra persona, por la relación que teníamos, para que protegiera a su hija de cualquier cosa que pudiera pasarle alrededor", afirmaba.

La docente conocía todo lo que se publicaba en la prensa sobre la familia, por ello desvela que le "daba coraje" ver cómo la tachaban de despreocupada para con sus hijos. "A mí me decía que tuviéramos cuidado con los paparazzi, porque de hecho se colaron alguna vez. Y en cuanto al día de la pelea, estuvo en pleno contacto con nosotros", añadía.

Tal y como argumentó Carrasco en este último capítulo, se puso en contacto con el colegio advirtiendo de que la niña no podía volver a su casa por el episodio de violencia que recientemente había vivido, por lo que la dirección del centro aceptó la autorización del padre, Antonio David Flores, para que la menor se fuese con él aquel día.