El pasado domingo todo el protagonismo estaba en Andalucía, pero más allá de la política, Santi Millán fue uno de los nombres del día. Alrededor del mediodía, el actor y presentador se coló en la lista de trending topics de Twitter tras ser víctima de la filtración de un vídeo de índole sexual. El intérprete, horas después, rompía su silencio en las páginas de ABC, donde denunció que se había cometido “un delito” al publicar su clip.

El presentador de Got Talent, de 53 años, rehusó hacer cualquier tipo de declaraciones porque no tiene intención de pontificar sobre “cómo hay que enfocar las cosas”. Sin embargo, lo que sí ha destacado es que “se ha cometido un delito”. “Yo no entiendo de leyes ni demás, así que no voy a comentar”, expuso Millán.

En este sentido, el intérprete recordó que la difusión, divulgación, revelación o cesión de un vídeo privado es un delito que conlleva pena de tres meses a un año o, en su defecto, una multa de seis a doce meses “si menoscaba gravemente la intimidad de la persona”, como ocurre en este caso.

En el vídeo en cuestión se observa a Santi Millán manteniendo relaciones sexuales en la cama como una mujer, cuya identidad se desconoce en estos momentos. En la grabación, de algo más de un minuto de duración, se corrobora que está grabado por el mismo actor, que sujeta el teléfono en modo selfie.

Se trata de un hecho de relevancia debido a que Millán es una persona pública y se pone de manifiesto que filtrar cualquier contenido íntimo ajeno es constitutivo de delito. De hecho, puede acarrear consecuencias legales, tal y como exponía el presentador de Got Talent en las declaraciones al diario ABC.

Los hechos se podrían interpretar como un delito de revelación de secretos, recogido en el artículo 197.1 del Código Penal, que expone que la pena de prisión podría oscilar entre uno y cuatro años, así como una multa de doce a veinticuatro meses para aquellos que descubran o revelen una imagen -vídeo en este caso- contra la voluntad del titular.