Sobre el tema de la prostitución, a raíz del sindicato de “trabajadoras sexuales” que le coló “un gol por la escuadra” a la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, se ha dicho de todo. Pero faltaba por opinar Salvador Sostres, famoso por buscar la polémica en todo lo que afecte a la mujer. Y esta vez no ha podido quedarse callado y ha usado su columna en ABC para poner al mismo nivel la prostitución con el matrimonio.

Sostres tacha de “cínico” el intento de prohibir la prostitución porque “la transacción sexual forma parte de la ordenación del mundo”. Y le pregunta a Pedro Sánchez si quiere prohibir “las whiskerías” y “los camiones” o “los diamantes de Harry Winston” y “los bolsos de Prada”.

El articulista remite a una anécdota vivida en uno de sus restaurantes favoritos de Barcelona, el Via Veneto, con estrella Michelín y tres soles Repsol. En los años 70, el jefe de sala se acercó a una de las prostitutas que rondaba el bar buscando “hombres que cenaban solos” para decirle que “las mujeres dudosas no son bienvenidas a esta casa”. A lo que la prostituta habría respondido que “¿dudosa, yo? No, señor, yo soy puta. Dudoso es lo que estas esposas y sus joyas les cuestan a sus maridos”.

Sostres acusa a “la izquierda y el feminismo” de no querer resolver el problema “sino exprimirlo para su agitación y su propaganda”. “Muchos prefieren la demagogia abolicionista a enfrentarse a la realidad”, señala el articulista.

Según Sostres, la prostitución ha “sobrevivido” hasta nuestros días “porque está en nuestra naturaleza: en los lupanares y en las más sórdidas calles […] así como en nuestra cotidianidad sentimental, incluso familiar, pocas veces ajena -si lo piensas bien- a la transacción, simbólica o maerial”.