El conductor del programa El Chiringuito de Jugones, Josep Pedrerol, ha publicado en las últimas horas un artículo en La Vanguardia sobre la “okupación”, un problema que, sin duda existe, pero que el periodista ha cargado de “bulos” en su crítica. Así lo ha explicado la jurista de Twitter @Hoyuelicos, conocida en la red por sus explicaciones jurídicas.

‘Okupación’ no es allanamiento, y viceversa

Para empezar, la creadora del hilo asegura que, pese a lo extendido del mensaje, sí existe protección “ante quien entra ilegalmente en tu casa”. Sin embargo, detalla que eso se corresponde con un “delito de allanamiento de morada”. “Tiene una protección legal brutal, ya que estamos hablando de una invasión ilegal de tu morada”, expone en el primero de los muchos tuits que utiliza.

“¿Y la casa de la playa? También, morada. ¿Y la casa a la que voy un finde al año? También. Jurídicamente, el concepto de morada es muy amplio y sólo se excluye del mismo las casas completamente inhabitadas o directamente abandonadas”, continúa a la vez que critica la actitud que el autor del artículo tiene en el mismo: “Ya con alarmar innecesariamente al lector, suelta una parrafada en la que no hay una sola verdad, llegando a asegurar sin pudor que los delincuentes te pueden denunciar a ti o que un proceso por allanamiento de morada puede alargarse hasta tres años, con suerte”.

En los comentarios de las redes la jurista cuenta de la manera más estricta posible -con lo que Twitter permite- otros supuestos. “Quieren crear con los derechos que tienen los inquilinos que están en alquiler -quienes, obviamente, no son delincuentes-con derechos que, desde luego, no tienen los que cometen un allanamiento de morada”, lamenta.

En caso de ser tú un arrendador, los inquilinos sí tienen unos derechos como que no puedas entrar en la casa sin su permiso porque, aunque seas titular de la casa, ellos tienen el derecho de uso y disfrute, lo que supone que tienen el derecho de usarlo como su casa”, apostilla.

“Otros derechos son, por ejemplo, que no se le pueda echar al inquilino así por las buenas. Y, en caso de no querer renovar el contrato, habrá de avisar con 30 días de antelación”, desliza también. Asimismo, explica otros temas como los hipotéticos que se tienen que cumplir para que se puedan subir los alquileres. Todo ello en un hilo que despeja muchas dudas en torno a un asunto que de un tiempo a acá sirve cada vez más como arma arrojadiza, especialmente por parte de algunas formaciones políticas.