Un año después de la marcha de Juan Carlos I de España aún siguen saliendo anécdotas durante sus años de reinado. Una de las últimas las ha publicado la periodista Karmele Marchante.

A lo largo de su dilatada experiencia como comunicadora, la catalana ha vivido en primera persona multitud de momentos con el monarca que ahora cuenta en su canal de Yotube.

Así, la periodista ha contado cómo eran los besamanosy las recepciones. Esas imágenes eternas en las que todos los invitados acuden a un salón donde sus majestades esperan y saludan pacientemente a todos se encuentran cargadas de momentos únicos.

"Todo el mundo le hacía la pelota, incluida la prensa", decía sobre Juan Carlos I. "La prensa cortesana, la prensa que acudía a los eventos del Palacio Real cuando el Palacio Real de verdad, y no en la Zarzuela, había eventos. Siempre había recepciones, te lo encontrabas en la recepciones porque no te lo ibas a encontrar en una biblioteca o estudiando o en un museo mirando cuadros. Él yo creo que no leía nada. Por lo menos yo nunca he visto ningún libro en la Zarzuela", dice criticando a los monarcas.

"Yo creo que trabajaba poco. Hay una cosa muy curiosa, le gustaba hablar con periodistas de política y un día se equivocó, quería hablar con Jesús Cacho, que había sacado un libro sobre política y llamó y dijo, oye, ponedme con Jesús del Pozo. Todo lo que Raúl del Pozo ha explotado con el rollo de que el rey le llamó y que ahora es de los pocos que tienen el teléfono suyo en el exilio. Hace alarde de eso", comenta sobre sus colegas periodistas. 

Sin embargo, no le parece bien su postura con el rey. "Jesús del Pozo, Felipe González, Alfonso Guerra... El clan de las momias, como los llamo yo. Felipe González era de los pocos que también era amigo suyo e iba todos los días, a pasar los días con él cuando estaba prácticamente defenestrado. Era cuando su hijo le decía que tenía que abdicar, se lo estaba pensando", explica.

Tras la introducción, comentaba cómo eran los besamanos y las recepciones: "Recuerdo un besamanos de la cultura en la que se había invitado a personajes de la cultura que ni la 'demérita' ni el 'demérito' conocían. Estaban tres hora saludando, pero después venía una recepción muy cutre. Te daban cátering súper cutrísimo. Yo tengo por norma cuando trabajo que ni como ni bebo pero veía que la gente pasaba hambre y sed. Eran así de 'agarraos', que diría él".

"Otro día, en el mundo de las letras, José Luis Aranguren, el filósofo, un tipo estupendo, maravilloso, personaje, adorable, intelectual, clave en la transición cultural, en la universidad en la academia. Él ya se tomaba sus licencias se tomaba unos vasitos de algo, y como había poco de comer se puso un poco piripi y se puso a estar con la 'demérita', comenta. 

Algo que fue correspondido: "La 'demérita' le siguió el rollo y le decía 'reina, reina, reina que nos tenemos que ir al jardín'. Estábamos dentro, hacía mal tiempo, estábamos en los salones impresionantes que hay y se veían los Jardines del Moro".

"No se llevaban bien"

Una de las cosas que sorprende es que en ningún momento la periodista se refiere a él como el Emérito sino como el "demérito". "Demérito porque es un tipo que se ha fugado, que ha robado y que no ha podido ser mayor depredador. No merece ser Rey ni nada. Yo le echaría a patadas de todas partes", cuenta en exclusiva Karmele Marchante a ElPlural.com.

Con los años y el descrédito de la institución, se ha podido conocer más de la vida íntima de los reyes. Aunque no siempre ha sido así. "En aquel momento sabíamos muy pocas cosas. "Era lo que nos contaba Sabino, el entonces jefe de la Casa del Rey", comenta la periodista.

"Algunas periodistas que entonces comíamos con Sabino nos contaba que no se llevaban bien, que no se hablaban y que tenían una contraseña para que cuando Sabino estuviera con el rey o la reina y llamaba el otro o la otra para que en ese momento supieran que no se podía hablar y le llamaba después. Hasta mucho tiempo después no supimos nada", desvela por sorpresa.

Una visita a Granada con una amante escondida

"A mí me contó un alcalde de Granada que estaba en una visita en rey y Sofía se presentó y tuvieron que esconder a alguna de las amantes. Había gente que lo sabía, como Felipe González. Le cubrían las espaldas siempre", ejemplifica Karmele Marchante.