Este jueves por la tarde, Sevilla dio el pistoletazo de salida a las fiestas del Orgullo Gay con el pregón, con un protagonismo especial. Los hispalenses acudieron en masa a la Alameda de Hércules, donde se celebró el festejo, para escuchar a María del Monte. Lo que no esperaban, sin embargo, es que la artista, por primera vez, hablara sin tapujos sobre su sexualidad. De hecho, tras confesar que es lesbiana, presentó en público a su mujer, Inmaculada Casal. “He formado mi familia”, reveló.

Sevilla vivió el jueves un canto a la libertad de la mano de María del Monte. A pesar de que su orientación sexual era un secreto a voces, en el pregón del Orgullo destruyó cualquier mínimo atisbo de duda y confesó públicamente que había formado una familia con una mujer. De hecho, animó a su pareja a subir al escenario para compartir el último tramo del pregón e hizo vibrar a los asistentes con su salida del armario.

¿Qué pensáis, que soy un robot y no he formado mi familia?”, preguntó a los asistentes. “Claro que la tengo, desde hace 23 años”, confesó la artista, que arrancó el aplauso y los gritos del público. “Pero simple y llanamente es mía, y hoy reivindico una vez más el derecho a que siga siendo mía. Jamás en mi vida me he escondido de nadie ni lo voy a hacer nunca”, apostilló Del Monte.

La artista portaba una bandera arcoíris estampada con lunares sobre su hombro y confesó que “por supuesto” tiene al amor de su vida y ha tenido “la suerte” de dar con ella. “¿Estoy yo loca, soy una inconsciente? Sí, quizás, pero he intentado proteger esa familia porque, ya sabéis, si fuera mecanógrafa no pasaría nada”, arguyó Del Monte, quien justificaba de esta manera su silencio durante tantos años. “Por mí, me da igual, pero no quiero que la gente a la que quiero sufra”, abundó.

Entonces, María del Monte afirmó que era una “persona más de los que estamos aquí”, provocando, de nuevo, una ovación cerrada y sonora de los presentes. No obstante, antes de bajarse del escenario, la artista confirmaba que su pareja la acompañaba en aquella noche. “He empezado hablando de libertad y voy a respetar su libertad. Si quiere subir, que suba, y si no, que no”, continuó antes de que su pareja, finalmente, se decidiera por acompañarla sobre la tarima.