La imagen del pasado 2 de noviembre con motivo del 80 cumpleaños de la Reina Sofía tardará mucho en olvidarla el rey emérito. En la instantánea, don Juan Carlos aparece erguido, pero con la pierna derecha (la de la operación de abril) en una postura muy rara. 

Según apunta El Español, al antiguo monarca le aconsejaron que apareciera en una silla, pero éste declinó de mala manera esta opción y se empeñó en ser retratado erguido. 

Sin embargo, pese al empecinamiento de don Juan Carlos, una persona podía haber evitado que la imagen saliera a la luz pública. Y esa es, nada más y nada menos, que la reina Letizia. El citado medio revela que fue ella la que tuvo la última palabra en lo que respecta a la fotografía. "Aunque él se empeñara y no quisiera aparecer con el bastón, la foto es una mala jugada para El Jefe. Se ve claramente que le ocurre algo en la pierna. Al final, la que decide qué foto se manda a los medios es ella  y podría parecer que lo hace aposta para que todo el mundo vea cómo se encuentra su suegro", señala a El Español una fuente próxima al rey emérito. 

"El rostro de don Juan Carlos refleja lo poco a gusto que estaba en ese momento. Entre la postura que le estaba doliendo, mantener el equilibrio y el enfado que tenía por estar allí obligado por no dar más que hablar… Seguro que hubiera ido igualmente, pero lo de que su hijo se lo pidiera le sentó fatal. Lo normal es que sea al revés, que un padre sea el que ruegue a sus hijos que acudan al cumpleaños de su madre, pero en esta familia las cosas son distintas, apunta la citada fuente. 

El rey emérito "va viendo cómo su presencia institucional es cada vez menor, cómo lo van difuminando de la foto pública. Pero es algo que no han podido conseguir para los actos del próximo 6 de diciembre en la celebración de los 40 años de la Constitución. Y lo han intentado", destaca.