A vueltas con el cartel de la Semana Santa de Sevilla 2024. Su diseño ha estado en el foco mediático desde que salió a la luz, generando una diversidad de opiniones en torno a la representación de Cristo que plasmó su artista. La imagen corrió como la pólvora en redes sociales, hasta degenerar en memes que ya adornan algunos establecimientos de la capital hispalense. Un tiktoker se ha hecho eco del último, que embellece la puerta de un bar sevillano y que se ha convertido en lugar de peregrinación incluso: “Vemos aquí a todo el mundo haciéndole fotos a un cartel”.

 El cartel creado por el artista sevillano Salustiano García para la Semana Santa 2024, presentado la pasada semana por el Consejo de Hermandades y Cofradías, no pierde vigencia. Desde que se desvelara el diseño, ha sido epicentro de ataques por parte de sectores más conservadores de la sociedad, mientras que en otros fueros se alabó el trabajo del autor de la obra. En cualquier caso, la polémica no cesa, aunque ahora, tras ella, surge el natural humor del sur, siempre al servicio del ingenio y de la comedia.

Un usuario de la red social TikTok (@arcodelpostigo) ha compartido un vídeo en su canal que no tardó en hacerse viral y trascender a otras aplicaciones como X. “Mirad qué cartel de Semana Santa han puesto en este bar”, comentaba el creador del clip, donde aparecen las puertas de un establecimiento con un impreso adherido a su ventana. En él se puede observar, en pleno casco histórico de la ciudad, la parodia que más fama ha adquirido entre los sevillanos.

“Vemos aquí a todo el mundo haciéndole fotos a un cartel y está cada vez por más sitios de Sevilla”, narra el usuario en el vídeo. En él se observa el tono rojo de fondo y la corona de Cristo que refleja la obra original, pero el personaje central del mismo no es otro que El Pali, el alias del cantaor de sevillanas más popular de la ciudad, conocido también con el nombre de Francisco de Asís Palacios Ortega.

“Me gusta más que el otro y no es broma. Es mucho mejor”, valoraba uno de los usuarios al vídeo viral, mientras otros ensalzaban la figura de su protagonista. “¡El Pali, el mejor! Me encanta”, se puede leer en la sección de comentarios del clip en la red social, junto a la valoración de otros usuarios que se sentían más identificados con esta parodia que con el original: “Más sevillano que El Pali, está difícil”.

¿Quién es El Pali?

El protagonista del cartel paródico no es otro que uno de los autores y cantaores más populares de la historia de la ciudad. Nacido el 22 de mayo de 1928, Francisco de Asís Palacios Ortega, más conocido por su alias, fue uno de los relanzadores de las sevillanas, de las que él mismo decía que era un “cante chico”, pero entre “unos pocos lo hemos hecho grande”. Descendiente de Rafael El Gallo y Joselito, por parte de madre, El Pali era uno de los personajes más queridos en la capital hispalense por su arte, por su gracia y por su buen e inconfundible humor.

Durante toda su vida residió en el barrio de El Postigo, en una modesta casa frente al arco del popular Postigo del Aceite, próximo al Arenal, al Baratillo y a la Maestranza. La carrera de El Pali despegó en estos rincones, a los que dedicó gran parte de su obra, a pesar de que en su familia intentaron que no se decantara por el futuro artístico. El Pali comenzó a cantar en una ferie de Sevilla en la que acompañó a Antonio el bailarín en una caseta. Desde entonces, rescataba en sus sevillanas las tradiciones de la capital hispalense.

Dominó todos los estilos, pero las corraleras – cantadas en los patios de corrales acompañado de guitarra, palmas, palillos, almirez, una botella de aguardiente y otros cacharros – fueron las que le catapultaron a la fama. Fue firme defensor de esta sevillana pura, a la que él se refería como “la del Rocío, las cruces de mayo y los bautizos”. No obstante, criticaba el relanzamiento de las sevillanas fuera de Andalucía, pues las innovaciones de los grupos modernos no eran de su agrado.

Los últimos días de la vida de El Pali, sin embargo, no fueron tan alegres, pero su figura dejó una huella imborrable en la ciudad. Una diabetes le jugó una mala pasada en la Feria de Abril de 1988. No pudo asistir, ni tampoco pudo estrenar su último disco (El trovador de Sevilla). Su estado de salud se debilitó poco a poco debido a su querencia por el humo de los puros y las grandes comilonas, hasta que fue internado en el hospital universitario de Sevilla, donde fallecería un 21 de junio de 1988, un mes después de cumplir los 60 años. Desde entonces, su legado recorre aún las calles de la ciudad que le vio nacer al ritmo de sus sevillanas, dedicada alguna de ellas a la muerte. “El día que yo me muera que no me llore Sevilla”, cantaba, pero Sevilla se cubrió de un mar de lágrimas en aquel fatídico día.