La elegante salida de María Jesús Montero ante los insultos de unos jóvenes en la Feria de Sevilla ha sido una de las noticias más leídas esta semana.

Siempre hay sorpresas en la Feria de Abril de Sevilla. Desfiles de rostros conocidos, clásicos titulares de los mejores -o peores- vestidos y un largo etcétera de anécdotas. El fin de semana grande de la capital hispalense suele dejar también algún que otro incidente, especialmente con los representantes de la clase política. Ocurrió el sábado, cuando la vicepresidenta del Gobierno, María Jesús Montero, fue sorprendida por un grupo de jóvenes que, mientras le grababan, le recriminaban su despliegue en el Ejecutivo al tiempo que la catalogaban como “traidora a España” a tenor de la amnistía. La respuesta de la mano derecha de Pedro Sánchez tanto en Moncloa como en Ferraz fue de lo más elegante, encajando bien los reproches del grupo.

La Feria de Sevilla es propensa a este tipo de situaciones y más al tratarse del aspecto político, con un clima de crispación tan elevado y bien alimentado desde la sede de la soberanía nacional. María Jesús Montero, aun preparada para ello, no podía imaginar lo que le ocurriría este sábado en la Feria, en su propia tierra. La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda y Función Pública vivió un momento incómodo en la ciudad que la vio nacer no sólo como persona, sino también como política.

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Salida elegante

Montero, que inició su carrera política en Andalucía, fue sorprendida por un grupo de jóvenes que durante un momento la rodearon. Lo que parecía en un origen un encuentro amistoso, tuvo algo de tensión, rebajada eso sí por la actitud campechana de la también vicesecretaria general del PSOE. La dirigente socialista encajó con humor y retranca un momento que bien pudo convertirse en un tierra trágame para todos aquellos que adolecen de su mano izquierda para lidiar con estas cuestiones.

Custodiada por un grupo de afines que acabaron por alejar a los chicos, la vicepresidenta primera respondió a los reproches de los jóvenes, quienes la catalogaron como “traidora a España”. Gritos que encontraron su réplica desde la garganta de una Montero, con una sonrisa en la cara, preguntándoles el motivo de esas increpaciones. “¿Traidora? ¿por qué? No, no”, resolvió la titular de Hacienda y mano derecha de Sánchez tanto en Moncloa como en Ferraz, asumiendo con el arte que le caracteriza lo que podría haber sido un momento de mayor tensión.

La presencia de Montero en la Feria de Abril no es un hecho novedoso. Sevilla es su tierra y para ella tiene un significado especial. Pese a encabezar la guardia pretoriana de Pedro Sánchez, la actual vicepresidenta primera del Gobierno arrancó su carrera en Andalucía, incluso engrosando el círculo de confianza de Susana Díaz durante la campaña de la expresidenta de la Junta a las primarias socialistas de 2017 que, a la postre, perdió ante el propio Sánchez. En aquel momento, de hecho, formaba parte del Ejecutivo liderado por Díaz, hasta que el secretario general del PSOE dio el salto al Palacio de la Moncloa, fichando a Montero para su gabinete.

La vicepresidenta fue ascendiendo en el escalafón gubernamental y orgánico, situándose ahora como mano derecha de Sánchez tanto en el Ejecutivo como en el Partido Socialista, donde ostenta la Vicesecretaría General. Es decir, segunda de a bordo del líder. Pese al cambio de cromos, Montero prevalece como un peso pesado en el socialismo andaluz, junto a Juan Espadas, siendo ambos, con diferencias, las caras visibles de la formación del puño y la rosa pese a estos años de retroceso y cambio de tendencia en la región.

Moreno y Page dan la nota

Momento de cierta tensión aparte, la Feria de Abril también ha dejado estampas icónicas, como el momento en el que el presidente de la Junta de Andalucía, el popular Juanma Moreno, entonaba el himno de la región junto a su homólogo de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page. El jefe del Ejecutivo castellano no quiso perderse la fiesta y, por ello, acudió a la Casa regional para inaugurar una exposición junto al líder de los conservadores andaluces.

Ambos coincidieron y, además de exhibir una gran sintonía, se animaron a entonar el himno de Andalucía a ritmo de guitarras y palmas, contagiándose del buen ambiente reinante en los primeros compases de la Feria. Sendos mandatarios desplegaron su simpatía en la Feria, reclamando al unísono la “igualdad entre españoles”. “Todos los españoles merecen vivir bien y disfrutar de las oportunidades de progreso, sea de donde sean y vivan donde vivan”, apuntó el jefe del Ejecutivo de Andalucía.

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