La modernidad, entendida en sentido amplio, trae consigo cambios en la sociedad que, si bien en unas ocasiones reducen la distancia entre países, en otras no se sabe bien si sus consecuencias son positivas o negativas.

Un síntoma de esto lo ha analizado Diederik Boertien, investigador del Centro de Estudios Demográficos de la Universitat Autònoma de Barcelona. Bajo el título ‘¿Qué factores familiares afectan al desarrollo escolar de los hijos?’, el autor desgrana y analiza esos elementos en un artículo publicado por el Observatorio Social de “la Caixa”.

En los últimos años España ha evolucionado en muchos aspectos que afectan a la cotidianidad con incidencia directa, en ocasiones, en la vida de las personas. Uno de esos cambios es el registrado en las estructuras familiares, con un incremento considerable del número familias monoparentales. En palabras a El Telescopio de ELPLURAL.COM, a su juicio, a la hora de analizar esos factores, “el cambio más drástico tiene que ver con el número de progenitores”.

“España está cambiando con rapidez y también sus familias”, indica en el análisis. Esa transformación ha conllevado que, en apenas unos años, las familias españolas desde ese punto de vista “se parezcan más a las de los países del norte de Europa que a las de sus vecinos mediterráneos”, en alusión a Italia o Portugal.

Síntoma de modernidad

Diferentes elementos han contribuido a esos cambios “sorprendentes” en las estructuras familiares. Un ejemplo es el de los divorcios primero y su modalidad exprés aprobada en 2005.

Boertien afirma que este, junto con otros, es un síntoma de la llamada modernidad. “Lo que hemos visto en diferentes países europeos es que esa modernización trae más libertad personal, más independencia para la gente”.

No obstante, en el desarrollo escolar de los niños, aunque el tipo de estructura familiar influye, una vez tenidos en cuenta esos cambios, hay que hablar de otros factores que también juegan su papel, incluso en mayor medida, como son el socioeconómico y el educativo.

Según revela este investigador, “hemos visto que si tú vives con un progenitor en lugar de los dos, igual recibes menos atención”, influyendo otros elementos como el dinero. En este sentido asegura que “en España sí se observa cierta relación, en ese supuesto de las familias monoparentales”, si bien es algo que “en el caso de los niños, no les afecta tanto en sus capacidades, en sus notas”. Esa influencia negativa, en otras etapas formativas, sin embargo, parece que es un poco mayor.

¿Existe preocupación?

En el estudio publicado por el Observatorio Social de “la Caixa” se pone de relieve la existencia de una preocupación por la repercusión que los cambios en las estructuras familiares pueden tener en el rendimiento de los hijos.

Partiendo de aquí, concluye el autor que, aunque es real esa influencia, deben preocupar más otros factores como los socioeconómicos. Este elemento “tiene mucha influencia, primero en las condiciones que se puede estudiar y, evidentemente, si la familia tiene poco dinero porque los hijos tienen más presiones para ponerse a trabajar antes”.

Por ello, y aunque los tiempos -con sus circunstancias- han cambiado y mucho y la modernidad ha conllevado transformaciones positivas, para paliar las negativas hay que insistir en medidas que han de llegar de organismos públicos y privados.

En este caso en concreto, para que no existan diferencias, o si se dan que sean mínimas, entre las posibilidades y opciones formativas y educativas de los hijos según pertenezcan a una familia con dos progenitores o solo con uno, hay que abogar "por bajar la importancia del papel que tienen las razones socioeconómicas a la hora de decidir si se continúa o no la vida académica", tal y como asevera Diederik Boertien.