A estas alturas de la película, tras haber recibido cuarenta emails que te recuerdan el cambio o, directamente, que te piden que 'aceptes' la nueva regulación puesto que en caso contrario dejarás de recibir sus maravillosos post, correos o publicidades puras y duras. Por si no lo sabes todo se debe al nuevo Reglamento General de Protección de Datos (GDPR por sus siglas en inglés). Hoy se acaba el plazo y entra en vigor en los países de la Unión Europea dicen sus precursores que para poner al día la legislación europea sobre la materia. Así, entre otros objetivos, se persigue dar al usuario una participación activa sobre quién tiene o qué hace con sus datos.

La curiosidad o la casualidad hacen que el período de transición de dos años tras la entrada en vigor de la norma en mayo de 2016, haya coincidido en los días en que Mark Zuckerberg ha comparecido ante las autoridades europeas para pedir perdón -ya no se sabe las veces que lo ha hecho- por el escándalo de la filtración de datos de Facebook. El nuevo Reglamento llega para paliar, por ejemplo, situaciones de este tipo.

Hay que decir que todos los correos electrónicos que te llegan pidiendo que aceptes las nuevas condiciones, se deben a que lo que este viernes se hace efectivo es de obligado cumplimiento, sin que los países tengan que incorporar cambios a su ordenamiento legal. La insistencia de las empresas se debe a que, si no cumplen lo que marca la normativa, pueden ser sancionadas. 

Modernización necesaria

Sin duda alguna, la medida que entra en funcionamiento era totalmente necesaria, puesto que la anterior data de hace 23 años, es decir, cuando las redes sociales no estaban ni en el imaginario y el ordenador todavía era cosa de pocos, sin hablar de internet o del teléfono móvil.

¿Qué trae la nueva normativa? Entre otras cuestiones aborda, por fin, el llamado 'derecho al olvido', es decir, la posibilidad que tenemos como usuarios de que una plataforma, tenga la forma que tenga, de pedir que elimine todos nuestros datos si lo solicitamos.

Como sucede en otros apartados del Decreto, en este se produce cierta controversia puesto que, si bien los organismos comunitarios señalan que la facilidad para dar un consentimiento debe ser correlativo con igual facilidad para retirarlo, también reconoce que puede cochar con otros derechos reconocidos, siendo el más significativo el de la libertad de expresión e información a la hora de hablar de un personaje noticioso.

Otra de las novedades tiene que ver con lo que se consideran datos personales protegidos, entre lo que se incluye la dirección IP, que se une de este modo a los del nombre o la dirección. 

Control del usuario

A pesar de que 'quien hizo la ley, hizo la trampa', lo cierto es que el Reglamento quiere ser una herramienta efectiva para que sean los propios usuarios quienes controlen el uso que las diferentes compañías hacen de sus datos. Y como estas están obligadas a informarte sobre en qué los las va utilizar, cómo y durante cuanto tiempo, entonces estos días previos han llevado a cabo campañas masivas de emails informativos porque, entre otras cosas, el usuario tiene que aceptar esas condiciones. 

Del mismo modo, las empresas también deberán hacerle saber cómo puede retirar su consentimiento sobre sus datos y sobre su derecho a presentar una reclamación al respecto.

Otra cuestión que, a priori, juega a favor de la fiscalización es que esos correos electrónicos con los que han estado machacando las compañías deben utilizar utilizar un lenguaje que se entienda perfectamente a la hora de buscar el consentimiento con respecto a los datos. Y ojo porque en España tenemos experiencia con eso del uso de un lenguaje poco claro, y si no que se lo pregunten a los afectados por las 'cláusulas suelo' de algunas entidades financieras. 

Muchos estarán pensando ahora mismo que, a la vista de los casos sobre inseguridad que han afectado a millones de usuarios, las compañías -normalmente fuertes económicamente- siempre se libran pagando una pequeña multa. Sin embargo, la nueva normativa impone sanciones que pueden alcanzar los 20 millones de euros o hasta el 4 por ciento de la facturación. A partir de ahora se lo pensarán, y nosotros los usarios... ¿seguiremos sin leer las condiciones acerca del uso que hacen de nuestros datos?.