La semana pasada, en El Telescopio comparamos la visión del impacto de la tecnología en la literatura desde dos perspectivas: la de un escritor consagrado y con una trayectoria consolidada, Gervasio Posadas; y la de una representante de la nueva generación, Nagore Suárez.

Pues bien, esta semana nos hemos propuesto hacer algo parecido con la música. Por un lado, Carlos Tarque, uno de los músicos clave de la historia del rock en este país. Por otro, Hinds, una banda nacida en 2011, que se ha convertido en la referencia de la nueva hornada, sobre todo más allá de nuestras fronteras.

Por supuesto, si quieren ustedes empezar por la entrevista con Tarque, pueden hacerlo; pero les recomendamos que luego regresen a esta página, que Hinds tienen muchas cosas interesantes que decir. Como Yoly Saa, con la que inauguramos esta mini serie sobre música y tecnología. Pueden leerlo aquí.

Hinds saben sacarle todo el partido a la tecnología

Hinds saben sacarle todo el partido a la tecnología

Hinds saben sacarle todo el partido a la tecnología. Se lo digo por experiencia. El día que nos conocimos -eran las invitadas de uno de los encuentros “Mujeres y notas”- venían caminando detrás de un móvil que Carlotta sujetaba por encima de la cabeza. Estaban “retransmitiendo” en directo por Instagram su llegada al evento. Eso les puede dar una idea de cuál es su relación con la tecnología.

Tecnología a jornada completa

Aseguran que estos días la están utilizando “sin parar, la verdad”. “Por una parte, estamos usando las mismas de siempre para comunicarnos con nuestro equipo”, explican. En su caso, es más que necesario, porque “gran parte de ellos están fuera de España, así que hablamos por mail todos los días y hacemos skypes una vez a la semana aproximadamente”.

La relación entre ellas cuatro es más que cercana, porque -además de compartir proyecto- Ade, Ana y Carlotta son amigas “de toda la vida” y Amber ya es una más. Pero ahora que no pueden verse en persona, “entre nosotras hablamos por WhatsApp y por FaceTime todos los días, para organizar trabajo”.

Estos días han querido compartir con sus fans algo de lo que han aprendido este tiempo. “Hemos subido algunos tutoriales a nuestras redes”, explican. Para compartir los archivos utilizan WeTransfer: “Nos grabamos y luego Carlotta monta y edita en Final Cut”. Además, ProLogic y Garage Band son sus herramientas favoritas para trabajar en las canciones. “Básicamente, estamos todo el rato trabajando con el ordenador, móviles y cámaras”.

Básicamente, estamos todo el rato trabajando con el ordenador, móviles y cámaras

Redes sociales

Su actividad en redes no ha cambiado. Si acaso, se ha incrementado. Cuentan con la nada desdeñable cifra de 110k seguidores en Instagram que ayer mismo tuvieron la oportunidad de asistir al lanzamiento de su última canción y de charlar con ellas en YouTube.

Sin embargo, cuando les sugiero que la presencia constante en redes puede parecer casi una condena, me lo niegan. “No siento que condene”, asegura Ana Perrote. “Creo que es un elemento clave para promocionar tu grupo y tu proyecto”. Según ella, era peor en el mundo analógico. “¡Me alivia no tener que empapelar las calles o salir en la tv para que la gente sepa que sacamos disco o damos concierto!” afirma entre risas. “Yo lo veo como publicidad gratis”.

Reconocen que es una tarea añadida que, eso sí, merece la pena: “Claro que es algo que lleva mucho mucho trabajo, pero en vez de verlo como una condena, lo vemos como otra cosa más que cuidar, ¡pero da sus frutos!”.

Papel de la tecnología

Como a Tarque, les pregunto sobre el papel de la tecnología hasta que vuelva a haber conciertos y festivales y les pido su opinión sobre los pseudo-conciertos que están proliferando por las redes. “Están bien porque son algo diferente y puede quedar muy chulo. Yo estoy muy contenta con cómo han salido los nuestros por ejemplo. Pero no lo compararía con un concierto, claro, solo el hecho de que compartan nombre me ofende”, ríe otra vez Ana. “Tocar en directo es sagrado. La conexión que tienes con el público y la desconexión con todo lo que pasa fuera de esa sala es mágica. Por favor, que nadie se crea que esto va a sustituir a los conciertos”.

Esas retransmisiones, por otro lado, están avivando el gran debate sobre la gratuidad de la cultura. “El 90 por ciento de estos directos están siendo sin cobrar, por mantenernos activos y conectar con el público… Pero nosotrxs [me piden que lo escriba así] también tenemos que sobrevivir de alguna manera”, rematan con una sonrisa.