Según Eurostat, la proporción de personas de 65 años o más en la población total de la Unión Europea aumentó del 19,2% en 2010 al 21,7% en 2020. Se espera que esta proporción siga creciendo en los próximos años.

Además, el índice de dependencia de personas mayores de 65 años [el número de personas mayores de 65 años por cada 100 personas entre 15 y 64 años] ha aumentado de 28 en 2010 a 32 en 2020 en la UE. Esto significa que hay más mayores dependientes de la población en edad laboral para mantener los sistemas de bienestar y la economía en general.

Una situación que genera cada días más retos, pero también más oportunidades para la sociedad, la economía y los sistemas de bienestar.

Gregg representa el futuro del perfil de profesional de la salud

Una solución

Shea C. Gregg tiene todo el aspecto de un médico del siglo XX: traje corbata y peinado a la perfección. Hasta que lo miras a los ojos, a medio esconder tras unas gafas sin montura, y te das cuenta de que ahí brilla algo muy diferente.

Es el fundador de FallCall, una de las startups finalistas de los premios Fundación MAPFRE a la Innovación Social. Y, en realidad, encarna a la perfección el modelo de profesional de la salud del siglo XXI: con una amplia trayectoria en el mundo de la Medicina, pero con un profundo conocimiento de la tecnología.

Lleva la creación de empresas en su ADN

Medicina, tecnología y emprendimiento

Reconoce que su pasión es la Medicina, pero desde muy pequeño comenzó a programar juegos en Visual Basic. Esa combinación ha sido la clave para poder hacer realidad su sueño de llevar tranquilidad a las personas mayores y a sus familias.

Como hijo de dos emprendedores, reconoce que lleva la creación de empresas en su ADN. Tanto, que sus tres hijos, “ya están hablando de eso y me preocupa”, dice entre risas. “Al menos con la medicina, recibes un cheque cada semana. Ya sabes, con el emprendimiento, es realmente incierto”.

¿Cómo surge la idea?

El viaje comenzó en 2015, cuando la revolución de los relojes inteligentes se aceleró con la introducción del Apple Watch. Soy un cirujano traumatólogo. He estado en la práctica durante 15 años y he estado viendo pacientes en la sala de trauma diariamente en mi vida clínica. Y, tradicionalmente, se han vendido a las personas estos dispositivos de alerta médica, estos botones de "me he caído y no puedo levantarme".

Muchos de mis pacientes no los tenían. Y desafortunadamente, cuando les pregunté por qué, contestaban que les hacía sentir viejos. Pensé: ¿podríamos mejorar la detección de caídas y la respuesta de emergencia en estos dispositivos atractivos? ¿Estarían las personas más dispuestas a usarlos?

¿Qué aspecto es el más importante en el desarrollo de un proyecto como este?

Creo que muchos desarrolladores tenemos que ser conscientes de lo que yo llamo diseño empático, cuando se trata de tecnología. Tenemos que entender lo que nuestros usuarios quieren y diseñar algo en torno a esas necesidades.

¿Cómo veis el futuro?

Estamos expandiéndonos y acabamos de llegar a Australia. Y estamos buscando expandirnos a España, especialmente a través de nuestra conexión con Fundación MAPFRE a través de este Premio de Innovación Social.

También estamos hemos tenido acercamientos desde Corea del Sur hasta Bélgica, el Reino Unido y Canadá.

Creo que si personalizamos algoritmos e inteligencia artificial y aprenden los patrones de movimiento de las personas -de una manera muy protegida y basada en la seguridad- y podemos personalizarlo en función de su movimiento, construir filtros, etc., podremos hacer las cosas mucho más precisas para la detección de caídas.

¿Qué ha sido lo más difícil?

La adopción. Nunca olvidaré un artículo que encontré en 2015 cuando se lanzó el Apple Watch al mercado y decía algo así como que tendría que encontrar una razón muy convincente para justificar su existencia.

Cuando lanzamos la compañía, estábamos muy adelantados a nuestro tiempo. Se trataba de dejar que la tecnología creciera y permitir que la gente entendiera que esto es algo que podría adaptarse a sus vidas y ayudarlos en caso de necesidad.

Los perfiles como el tuyo, que son como una combinación de médico y técnico, se están haciendo cada vez más comunes, pero todavía son bastante raros. ¿Cómo crees que está evolucionando tu vida y tu profesión? ¿Crees que esa mezcla irá en el futuro?

Estoy convencido de que todo el mundo tiene una idea de un millón de dólares, que realmente puede cambiar la vida de alguien o cambiar el mundo. Y la atención médica es cada vez más necesaria.

Por eso, necesitamos construir una infraestructura que les permita obtener financiación y ejecutar sus ideas. Y sí, soy uno de los raros en este momento, pero creo que esto necesita crecer para resolver los desafíos continuos de la atención médica que tenemos en todo el mundo.