La  República de Palau es un pequeño país, compuesto por unas 500 islas en la región de Oceanía de Micronesia. Según el Banco Mundial, supera por muy poco los 18.000 habitantes. Allí se ha celebrado la semana pasada la conferencia Nuestro Océano, “un momento clave para los países, la sociedad civil y la industria para comprometerse con acciones concretas y significativas para proteger el océano”, señala su organización.

El balance final tras su clausura incluye 410 compromisos por un valor total de 16.350 millones de dólares que cubren las seis áreas clave del encuentro: la protección de las comunidades, ecosistemas y clima; atacar la contaminación marina; afrontar la crisis climática y su efecto sobre el océano; crear economías “azules” sostenibles; avanzar en la pesca a pequeña escala y la acuacultura sostenibles; y conseguir un océano seguro y justo.

Es la cifra más alta comprometida por la Unión Europea durante una Conferencia Nuestro Océano

Casi mil millones

En ese contexto, la Unión Europea ha presentado una lista de 44 compromisos, por un importe de casi mil millones de euros, “lo que supone la cifra más alta jamás comprometida por la Unión durante una Conferencia «Nuestro Océano»”, según la Comisión Europea.

Virginijus Sinkevičius, comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, señala que “la suma que compromete hoy la UE es importante, aunque no tanto como lo es el papel que desempeña el océano para nuestra existencia misma. El océano nos proporciona aire limpio, regula el clima, alberga gran parte de la biodiversidad de la Tierra y es clave para nuestra economía. El océano nos brinda todos estos beneficios y tenemos que protegerlo. Nuestro futuro depende de ello”.

La UE ha desarrollado asimismo una herramienta de seguimiento de los compromisos, para que la ciudadanía pueda comprobar cómo se va desarrollando su aplicación.

La representación de nuestro continente ha señala que es “consciente de los retos a los que se enfrenta el océano y se ha centrado este año en protegerlo y restaurarlo”. De hecho, “está actualizando su agenda de gobernanza internacional de los océanos con el objetivo de incluir en ella tanto los desafíos que plantean como los avances que se han conseguido en los últimos tiempos, además de las oportunidades que ofrece el Pacto Verde Europeo”.

La Unión Europea dedicará casi 500 millones de euros a la financiación de empresas

Inversión en capital inicial

Durante el período 2021-2023, la Unión Europea dedicará casi 500 millones de euros a la financiación en forma de capital inicial para crear “empresas dedicadas a la investigación, el desarrollo y la innovación en el marco de la misión del programa Horizonte «Restaurar nuestro océano y nuestras aguas de aquí a 2030»”.

Esta misión “se ocupará conjuntamente del océano y las aguas y desempeñará un papel clave a la hora de lograr la neutralidad climática y restaurar la naturaleza. Contribuirá a alcanzar los objetivos de proteger el 30% de la superficie marina de los estados miembros, restaurar ecosistemas marinos, impedir y eliminar la contaminación reduciendo los residuos plásticos en el mar, las pérdidas de nutrientes y el uso de plaguicidas químicos; y ayudar a seguir desarrollando una economía azul circular y sostenible”.

La UE ha anunciado también una contribución de 55 millones de euros en dos años para reforzar la vigilancia del medio marino y del cambio climático, mediante su programa de vigilancia por satélite —Copernicus— y, en particular, el servicio WEkEO, con el que la comunidad investigadora internacional puede acceder desde un sola plataforma a todos los productos que describen el pasado, el presente y el futuro del sistema terrestre y, además, a herramientas en línea para las ciencias ambientales disponibles en sistemas de computación en nube.

Muchos ecosistemas costeros han sido transformados por la contaminación marina

Retos

Las áreas marinas protegidas suponen menos de un 8 por ciento del total y el objetivo es ampliarlas al 30% antes de 2030. Además, muchos ecosistemas costeros de todo el mundo “han sido transformados por la contaminación marina”. Las conclusiones de la conferencia apuntan, como principales causas, a los plásticos y la eutrofización [el enriquecimiento excesivo en nutrientes de un ecosistema acuático, generalmente por el aporte de nitrógeno y fósforo].

La mayoría de estos agentes contaminantes “que impactan en el océano, se generan en tierra” y su impacto acumulativo es a largo plazo. La forma idónea de evitarlos, es “detener la contaminación en su fuente”.

Las conclusiones del encuentro también apuntan a “una necesidad creciente de identificar y asumir las oportunidades para generar resiliencia y adaptación frente al cambio climático. Nuestro océano es uno de los mejores mecanismos de defensa contra su impacto”.

Otro de los puntos fundamentales es cómo ha afectado la pandemia de Covid-19 a la economía global y, en especial, a la “azul”. Con el comienzo del proceso de mejora económica, “tenemos una oportunidad única de reconstruir mejor, con la sostenibilidad vinculada a la innovación como pilar fundamental del plan de recuperación. Esto nos permitirá desarrollar economías oceánicas que sean sostenibles, igualitarias y resilientes”.

Pero no solo debemos fijarnos en el océano, sino también en las comunidades costeras que dependen de él para obtener sus recursos y sus formas de vida, algo que es “ignorado en la mayoría de los casos”. Por eso, “una prioridad global para la próxima década [o décadas] es apoyar la viabilidad y sostenibilidad de la pesca a pequeña escala y la acuacultura, para asegurar que los gobiernos, industria y la financiación son conscientes de sus necesidades”.