Durante este verano, te estamos presentando las principales conclusiones del análisis de las oportunidades y retos a los que se enfrentan los jóvenes en España y Portugal llevado a cabo por el Observatorio Social de la Fundación “la Caixa”.
Joan M. Verd [Centre d’Estudis Sociològics sobre la Vida Quotidiana i el Treball, Institut d’Estudis del Treball, Universitat Autònoma de Barcelona], acaba de publicar, junto a Mireia Bolíbar y Joan Rodríguez-Soler, una investigación titulada: Las relaciones personales de la población joven en España y Portugal: sociabilidad, aislamiento y desigualdad social.
La sociabilidad es importante, tanto para el bienestar material, como para el emocional
El propio Verd nos ha explicado las principales conclusiones de su trabajo. Y, aunque en España y Portugal las cifras son mejores que en el resto de Europa, en términos de sociabilidad en la población joven, “los factores de desigualdad que inciden en el aislamiento social de los jóvenes son similares a los del resto de países”.
La importancia de la sociabilidad de los jóvenes
¿Por qué es tan importante la sociabilidad?
Lo es, tanto para el bienestar material, como para el emocional. En el material, porque cuando tienes una buena red, te proporciona información y recursos económicos. En las personas jóvenes, en el plano emocional hace que no se sientan solas, aisladas.
En Europa y en España, crece mucho la tasa de jóvenes que se sienten aislados
¿Cómo estamos en este aspecto?
Hay indicadores de bienestar emocional en el ámbito de salud y se ve, en Europa y en España, que crece mucho la tasa de jóvenes que se sienten aislados, que tienen esa percepción subjetiva de soledad que normalmente denominamos “soledad no deseada”.
Nosotros lo plantemos más desde un punto de vista más vinculado a capital social, a aislamiento social. Si tú, objetivamente, tienes una red más pobre, menos horas de relación social y menos acceso a recursos de carácter informativo, y apoyo económico y emocional, tienes un efecto negativo sobre tu bienestar emocional.
¿Qué es lo que tiene más impacto en ese bienestar emocional?
Las horas de contacto cara a cara. Necesitas un mínimo de contacto cara a cara para tener bienestar emocional, si tienes ese mínimo, las que añadas por otros canales como las redes sociales, WhatsApp, etc. tienen un efecto menor. Tener muchas horas de interacción online, sin ese mínimo de cara a cara, no es suficiente.
En vuestro artículo, explicáis que “el desempleo es la situación laboral en la que las personas jóvenes muestran un mayor aislamiento social”. ¿Cuáles son sus efectos en la vida real?
La falta de recursos económicos, en un contexto en el que se ha privatizado mucho el ocio, sobre todo en entornos urbanos, en el que salir de casa te cuesta dinero, tienes peores posibilidades para socializar, para encontrarte con otras personas de tu edad.
Es decir, si no tienes empleo, no tienes recursos económicos, sin estos te cuesta más socializar; y eso te lleva también a tenerlo peor para volver a encontrar un empleo. Es una espiral de aislamiento. Dejando de lado el aspecto de estigmatización del desempleo, que tiene un impacto en el plano emocional, y que causa desánimo y por lo tanto también dificulta el retorno al empleo.
En el caso de España, la capacidad para emanciparte, de tener una vida autónoma, depende mucho de tu red familiar. En otros países de Europa tienes políticas que te ayudan a pagar el alquiler o te proporcionan una vivienda con un precio por debajo del de mercado. En Alemania, Reino Unido y Austria, un 30% de jóvenes están en vivienda pública, financiada por el Estado. Es una medida para que puedan emanciparse las personas que no tienen un nivel económico alto. Y aquí estamos en casa hasta pasados los 30.
Romper el aislamiento
¿Qué soluciones proponéis?
Son necesarias políticas que rompan ese aislamiento. Si dejamos al mercado que funcione por sí solo, lo que hace es polarizar: la gente que está con peor empleo tiene menos estabilidad y más posibilidades de perder ese empleo. Y si pierde ese empleo, tiene menos posibilidades de regresar al empleo debido al efecto de aislamiento que provoca el paro, especialmente si es de larga duración. En cambio, si tienes empleo, especialmente si es un empleo estable, tienes mayores contactos que te pueden proporcionar información sobre nuevas o mejores oportunidades laborales. Esto es muy importante en un contexto laboral como el español, en el que las relaciones informales de transmisión de información son muy importantes.
Por lo tanto, o se interviene desde fuera o esa espiral llegará al extremo de que esas personas queden completamente excluidas del mercado laboral.
¿Habéis identificado medidas reales que funcionen?
Sí, en esta investigación en concreto no, pero en otras las hemos identificado. En el caso de la exclusión laboral y social, programas de mentoría que en España casi no existen, están funcionando. Sí existen estos programas para estudiantes, pero no para desempleados. Es algo extraño, porque se podría ofrecer, pero no se hace.
También suelen ser efectivas otras políticas de generación de capital social para personas que están fuera del mercado de trabajo o que están excluidas o en proceso de exclusión. Se trata de animarlas a que salgan de esa situación y que se reúnan con otras que no son de su entorno inmediato. Y hay que tener en cuenta variables como género u origen étnico, que pueden hacer que estén menos conectadas.
Las personas sin empleo suelen relacionarse con otras que tampoco lo tienen. Muchas veces podrían tener trabajo, pero no conocen los mecanismos para acceder a él o capacitarse para hacerlo.
En otros países europeos también se han implementado políticas de “reaching out” en relación con las personas desempleadas, es decir desde las oficinas de empleo se intenta contactar con las personas que potencialmente se podrían beneficiar de medidas que ya existen, pero que no conocen. Pero en España no existe esa cultura en relación con las medidas para favorecer el empleo de las personas jóvenes. Sí es cierto que existen en otros aspectos.
Muchas veces pensamos que los jóvenes no tienen estos problemas para acceder a la información sobre programas o medidas que puedan ayudarlos a encontrar un empleo, pero sí que los tienen.