Johanna Gallo asegura que siempre le han gustado “los cacharros”, que desde el principio supo que su vida profesional tenía que estar relacionada con la informática. Ha pasado por startups y por gigantes como Amazon y asegura preferir el mundo del emprendimiento, por mucho que sea una “montaña rusa” en la que cada día puede pasar cualquier cosa. 

Es la cofundadora de Aplanet, una compañía que “ayuda a otras organizaciones a gestionar su sostenibilidad, sus datos y procesos ambientales, sociales y de gobierno de una forma sencilla, ágil y eficiente”. Habla con la solvencia de quien se sabe la lección y con la pasión de quien cree que realmente está mejorando el mundo. Hemos hablado con ella para que nos dé las claves del éxito en un sector tan peculiar como el de la sostenibilidad. 

Gestionar la sostenibilidad es una obligación para las empresas

¿Qué es Aplanet? 
Gestionar la sostenibilidad es una obligación para las empresas. A veces, por temas regulatorios que aplican cada vez a compañías de menor tamaño y con unos criterios muy restrictivos, con regulaciones internacionales. Tenemos una plataforma SAAS [software as a service] que las empresas pueden utilizar de forma muy sencilla, pero que ofrece funcionalidades muy potentes. 

¿Cómo nace el proyecto?
Somos dos cofundadores. Tenemos una trayectoria profesional similar, habíamos trabajado anteriormente en otras startups, con éxitos y fracasos de los que se aprende. También en empresas muy grandes [Ebay y Amazon], en proyectos de distintos tamaños. Y nos dimos cuenta de que en todas ellas había una necesidad cada vez mayor de gestionar la sostenibilidad en las organizaciones, la recogida de datos sociales y ambientales o incluso empresas que están cambiando su visión para incorporar la sostenibilidad a la estrategia.

Al comprobar el tamaño del mercado y que es una necesidad global cada vez mayor, vimos un momento genial para convertirla en negocio porque teníamos perfiles muy complementarios. Yo tengo mucha experiencia en tecnología de producto, que es a lo que me he dedicado toda la vida y mi socio en marketing, negocio y ventas. 

Lo que nos dio el impulso final es que es un negocio con propósito

¿Qué te hace volverte a embarcar en un nuevo proyecto? 
Lo que nos dio el impulso final es que es un negocio con propósito, porque ayudamos a las organizaciones, que son las que tienen los recursos y la voluntad, a tener un impacto positivo en la sociedad y en el planeta. Nos movía a hacer lo que mejor sabemos hacer, tecnología y negocio, para ayudar a las empresas a tener un impacto positivo. 

La sostenibilidad es una industria que está creciendo y cada vez hay más negocio

¿Qué ha sido lo más difícil hasta ahora?
Como todo en una startup, siempre decimos que es una montaña rusa: aquí no va por meses, va por días, unos buenos y otros malos. Hay muchas cosas que tienen mucha complejidad. Lo primero es el equipo, atraer talento en tecnología. Lo hemos conseguido, acceder a ese talento. Es un reto. 

Después, la sostenibilidad en sí, porque es una industria que tiene su miga, porque está creciendo -lo cual es muy bueno para nosotros- y cada vez hay más negocio, pero hay muchas indefiniciones, hacia dónde van los estándares, salen cosas nuevas cada mes. Eso hace que sea muy importante la innovación, en tecnología, en producto, en sostenibilidad en sí. Es una industria que tiene sus retos.

¿Y la financiación?
Eso siempre. Tenemos una empresa que crece y necesitamos meterle gasolina para que crezca más. Pero esto es lo que les pasa a las startups. Acceder a ella y buscar inversores es un reto. Afortunadamente los estamos encontrando, que creen en el proyecto, en el negocio. 

El hecho de ser un proyecto internacional, ¿lo complica más aún?
Ser internacionales es complejo, aunque ya lo habíamos hecho antes en otros proyectos. Nosotros lo fuimos desde el principio, en España, Portugal y Brasil. Creo que también es porque como lo habíamos hecho en proyectos anteriores, era natural. Ahora hemos abierto Italia y Reino Unido recientemente y tiene su miga buscar equipo, adaptarse a formas de trabajar de los clientes. 

¿Prefieres el mundo corporativo o el emprendimiento?
En el corporativo tienes una red mucho más grande dentro de tu empresa. Lo que nos gusta de trabajar en una startup es la agilidad que tenemos. Estamos todo el día probando cosas nuevas, innovando, buscando formas diferentes de hacer las cosas. Todo es mucho más rápido y eso nos gusta. Buscar colaboraciones con otras empresas o startups, con centros tecnológicos. Puede explorar muchas opciones distintas. La parte negativa es que, por lo menos al principio, atraer talento es difícil. Pero los dos hemos vuelto a emprender…

Emprender es un reto en sí mismo y tienes que estar preparado

¿Cualquiera puede crear su propio proyecto?
Emprender es un reto en sí mismo y tienes que estar preparado para la incertidumbre, cada día puede pasar cualquier cosa. Hay que estar con los ojos abiertos para ver qué pasa alrededor y captar oportunidades. Y ser capaz de adaptarte, personal y profesionalmente, a esta montaña rusa, porque es complicado y no todo el mundo lo quiere. Pero cada éxito es mucho más satisfactorio, quizá porque tienes más atribución y lo tienes más a la mano, es mucho más cercano. No tiene que ser un éxito gigante, sino cada cosa que vas consiguiendo. En nuestro caso, tener un equipo tan cohesionado y poder celebrarlo con él, es mucho más satisfactorio. 

¿Qué es lo más importante saber para emprender?
Hay que saber -y esto no es solo para fundadores, también para personas que quieren trabajar en una startup- que hay que trabajar con incertidumbre. Y hay gente que no lo quiere, es una mentalidad, estar preparado para el tipo de trabajo que es una startup. Nosotros potenciamos mucho tener un balance entre trabajo, tu vida propia y tu formación como profesional. 

¿Por qué os necesitan las empresas?

La gestión de la sostenibilidad y sus datos se han convertido en una necesidad. Pero también es muy complejo, porque requiere muchas tareas repetitivas y manuales, que son muy fácilmente automatizables. Así que, nos encontramos con organizaciones sobrepasadas con todos esos procesos y que no están utilizando ese tiempo en su estrategia, en pensar cómo utilizar estos datos en su beneficio. Aquí es donde entra Aplanet. 

Esta información es muy interesante para las organizaciones, porque las pueden comunicar de forma interna o externa a diferentes grupos de interés, a sus clientes, empleados, e inversores.

Entonces, ¿solo es una cuestión de imagen?
Esta comunicación hace que cambie su percepción, que generen más negocio. Se convierte en un retorno económico para ellas. Además, la gestión de la sostenibilidad es muy positiva para sus propias estrategias: se diferencian de sus competidores, pueden identificar riesgos, oportunidades, que repercuten también en su propio negocio.

Lo que sí estamos viendo es que el hecho de que haya regulaciones, esa exigencia, las empresas que no habían visto la necesidad de la sostenibilidad o piensan que es green washing, tienen que empezar a hacerlo y eso les hace ver todas las ventajas que tiene la sostenibilidad: los datos que se pueden sacar, ver riesgos y oportunidades para llegar a otros mercados o diferenciarte de la competencia. Todas estas regulaciones son un primer paso que les hace ver la importancia estratégica. 

¿Cuáles son vuestros planes de futuro?
Seguir con desarrollo de producto, innovación tecnológica, hacer crecer la plataforma. Y seguir creciendo en volumen de negocio, en los países en los que estamos y seguir abriendo otros nuevos en Europa y quizá explorar otras geografías a medio plazo. Seguir atrayendo talento.