Nuestro futuro es indudablemente urbano”. Así de tajante se muestra Maimunah Mohd Sharif, director ejecutivo de ONU-Habitat en un artículo publicado en la web de la institución. Sharif subraya que “la urbanización ha sido y permanecerá como una de las mega tendencias más potentes del siglo XXI”. Y añade que “no debería sorprendernos que una de las piezas clave de nuestro desarrollo sostenible sean las ciudades bien planificadas”.

Las ciudades son responsables del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero

La sostenibilidad en las ciudades

El artículo destaca que “durante décadas, las ciudades han sido el motor del crecimiento nacional y global. Contribuyen con más del 80% del producto interior bruto global y muestran mayores niveles de productividad que las áreas rurales”.

Sin embargo, también son “una gran fuente de problemas globales. Son la mayor fuente de contaminación en el mundo, con una contribución del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial”.

La urbanización se sigue produciendo en los países en desarrollo


Una tendencia que va a más, porque aunque “la urbanización rápida ya no se produce en los países desarrollados, es un fenómeno que continúa en el mundo en desarrollo”.

Según datos de ONU-Habitat, se espera que alrededor del 60% de la población de los países en desarrollo viva en ciudades en 2030 y más del 90% de ese crecimiento se registrará en Asia, África y Latinoamérica.

Las ciudades no son capaces de combinar productividad económica, inclusión social y sostenibilidad medioambiental

Problemas

El problema, según Sharif, es que “al margen de dónde se encuentren, la mayoría de las ciudades no son capaces de combinar productividad económica, inclusión social y sostenibilidad medioambiental”.

Esta incapacidad significa que “es necesaria una transformación de las ciudades y comunidades en ciertas áreas prioritarias, para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible [ODS]”. De llevarse a cabo esos cambios, se convertirían en actores fundamentales para impulsar el logro de esas metas globales.

Solo en vivienda se necesitan 4 billones de dólares al año para hacer realidad el ODS 11

Inversión

En concreto, el objetivo número 11, que se centra en conseguir ciudades inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles. Pero, los costes para alcanzarlo “no son fáciles de calcular”, porque “los diferentes países tienen distintas necesidades de inversión, dependiendo de sus características específicas”.

Según un estudio llevado a cabo en 2020 por ONU-Habitat, la cifra de inversión para alcanzar el ODS 11 en una ciudad pequeña de un país en desarrollo podría oscilar entre los 20 y los 50 millones de dólares al año. Por contra, una población de tamaño mediano en Colombia, India o Bolivia precisaría entre 140 y 500 millones de dólares anuales. En el caso de grandes núcleos urbanos como Kuala Lumpur o Bogotá, la cantidad puede superar los 5.000 millones de dólares.

La ONU estima que solo en vivienda se necesitan 4 billones de dólares al año para hacer realidad el ODS 11. “S bien no somos capaces de poner una cifra exacta a cuánto nos puede costar la consecución del objetivo, sí sabemos lo que nos costaría no conseguirlo”, advierte Sharif.

En el peor escenario, las regiones en desarrollo “pagarán el precio de la inacción con la existentes vulnerabilidades y fragilidades estructurales. Las ciudades de África perderán hasta dos tercios de sus recursos financieros, las condiciones de infravivienda se expandirán en las regiones más pobres, millones de personas serán arrastradas a la pobreza extrema y los efectos del clima dispararán más crisis urbanas, con lo que los avances en desarrollo serán revertidos”.

Generar y atraer financiación será igual de crucial

Un marco estable

Sharif advierte de que la financiación del desarrollo urbano sostenible no puede producirse sin crear marcos que la impulsen: “Por mucho que nuestras ciudades necesiten inversión, desarrollar un sistema regulatorio e institucional será igualmente crucial para generar y atraer financiación”.

Y, para que eso suceda, son necesarios “ajustes y reformas potenciales. Esto incluye el establecimiento de un sistema regulatorio y legal claro ,que autorice y supervise los préstamos subnacionales y locales”.

Además, es preciso “desarrollar sistemas y mercados eficaces y eficientes de tierra y propiedad, asegurar que las instituciones adecuadas están establecidas (…), monitorizar los niveles de gasto, la presión fiscal y responsabilidades con respecto a los instrumentos de financiación, que puedan afectar de forma positiva al deseo de inversión del sector privado”.

Sharif concluye con una frase que no deja lugar a dudas: “Si queremos hacer realidad las promesas de los ODS, es necesario hacer cambios valientes y actuar a nivel local… y es necesario hacerlos ya”.