Vaya por delante que, en la redacción telescópica, tanto nos da Marvel como DC. Pero, eso sí, nuestro villano [o no] favorito es Magneto, así que hemos elegido a los X-Men como ejemplo de gestión de la diversidad, igualdad e inclusión [DII]. 

Hay que reconocer que, de entrada, es un tanto chocante, puesto que desde un punto de vista de lenguaje inclusivo, lo de “Men” [“hombres” en inglés] no es precisamente un acierto. Además, el universo de superhéroes y superheroínas ha destacado siempre por su estética y sus mensajes sexistas. Pero vamos a darles una oportunidad, a ver qué pasa, porque las cosas han cambiado bastante desde que apareciera el primer número de su versión en cómic, allá por 1963, hace 60 años casi y hay que tener en cuenta que, en su relanzamiento en cómic a mediados de los 70 a cargo de Len Wein y Dave Cockrum, presenta personajes con orígenes de lo más dispar

De esta forma encontramos a mutantes como Lobezno (canadiense), Rondador Nocturno (alemán), Tormenta (proveniente de Kenia y considerada una diosa africana), Coloso (ruso soviético), Ave de Trueno (nativo americano) o Fuego Solar (japonés). La diversidad sería el santo y seña de la serie a partir de aquí.

Muchas cosas han cambiado desde que se publicara el primer número de X-Men, hace casi 60 años

Diferentes identidades

“Históricamente, nuestra sociedad y organizaciones han desarrollado -de forma consciente o inconsciente- culturas que estratifican diferentes identidades sociales -étnica, racial, género, religiosa y otras-”, explican Gentle-Genitty, C., Merrit, B., & Kimble-Hill, A. C. en su investigación A Model for Crafting Diversity, Inclusion, Respect, and Equity (DIRE) [Un modelo para gestionar la diversidad, inclusión, respeto e igualdad (DIRI)], publicada en Policy Statements Toward Catalyzing Organizational Change en 2021. “El resultado es un trato preferencial hacia ciertas identidades y el escepticismo organizativo por parte de quienes no las poseen. En particular, cuando falta una masa crítica de personas diversas”, detallan. 

Ese escepticismo se puede centrar en “la compatibilidad con objetivos profesionales a largo plazo”, que cuestiona “las amenazas ambientales, sesgos, estereotipos y la devaluación de las perspectivas diferentes en el trabajo”. 

Hay que conocer mejor los tipos de diversidad dentro y entre los grupos

Descubrir

Por eso, el MIT afirma que el primer paso es “descubrir, no fijar una agenda o duplicar iniciativas de diversidad que han sido eficaces en otras organizaciones”. Algo que hace muy bien Charles Xavier, cuando va identificando mutantes de cualquier tipo y les ofrece cobijo en su mansión de Westchester. 

El profesor no se marca unos objetivos determinados. Simplemente, va descubriendo a nuevos posibles miembros de su equipo y los integra. Algo muy en línea con la propuesta del MIT, que sugiere “conocer mejor los tipos de diversidad dentro y entre los grupos”.

Generar compromiso

Pero no basta con identificar a personas diversas. También es preciso “crear alineamiento y generar compromiso”. Si conoces un poco de la historia de los X-Men y, en especial, de Lobezno, no puede haber un ejemplo mejor. Este mutante vive una vida solitaria, en la que no se compromete con nadie ni con nada. Sin embargo, con el tiempo, gracias a la labor de mentor de Xavier, se convertirá no solo en uno de los miembros más activos del grupo, sino sobre todo en un líder para el resto. 

El profesor sigue los pasos sugeridos por el MIT: “articular su perspectiva individual y colectiva, identidad, valores y cultura; considerar cómo las experiencias de poder y privilegio pueden afectar a su aproximación y eficacia [y a las de otras personas]; y evaluar cómo las dinámicas de DII afectan al mercado y a su estrategia de negocio”. 

Igualdad, lo primero

El MIT utiliza las siglas DII, aunque advierten que es mejor invertir las posiciones de la diversidad y la igualdad. Esta última debe ser la primera “por una razón. Se puede observar que los términos son intercambiables, sin embargo, creemos que sin igualdad, los esfuerzos para promover la diversidad y la inclusión son loables, pero no sostenibles. Poner en acción la igualdad es proporcionar a todas las personas las oportunidades justas para desarrollar su potencial total”.

No se puede negar que en los X-Men la igualdad es importante. Todo el mundo cuenta con las mismas oportunidades y, aunque los miembros más antiguos ayudan a quienes se acaban de incorporar, pronto esas diferencias [que además tienen una naturaleza puramente práctica] se desvanecen. 

Suma de individualidades

Pero la igualdad no significa que todas las personas sean iguales: “La diversidad es el conjunto de diferencias y similitudes que incluyen las características, valores, experiencias, orígenes y comportamientos individuales y organizativos”, señala el MIT.

La institución académica señala que “activar la diversidad es un proceso que implica reconocer y abrazar las diferencias entre la plantilla y la base de clientes”. De esa manera, se consigue identificar “formas de reforzar la contribución de todas las personas”. 

En el caso de los X-Men, es precisamente la suma de las individualidades diferentes la que consigue los resultados. Se potencian las características que hacen único a cada miembro del equipo. En ningún momento se trata de “unificar” y tratar de que las capacidades y habilidades sean las mismas para todos, sino de exactamente lo contrario. 

Liderazgo inclusivo

El último paso de este proceso de adopción de la diversidad, la inclusión y la igualdad es liderar de forma inclusiva. Esto requiere “esfuerzos activos, intencionales y continuados para promover la participación y el sentido de pertenencia de cada profesional, cliente y socio estratégico. Supone la creación de políticas y prácticas, pero también la capacidad de prever y poner en práctica nuevas formas de liderazgo”.

Una cultura que se debe desplegar “en todos los niveles y funciones”. Como sucede en X-Men. Tanto en las películas como en los cómics, todos los personajes intentan incluir a los demás, sin tener en cuenta cuáles son sus diferencias. Porque ser diferentes es, precisamente, lo que los une.