Suponemos que ya está usted al corriente del lío que hay montado con el servicio postal en Estados Unidos. Por si acaso, al final del texto les hemos preparado un resumen rápido. Pero la idea principal es que a Donald Trump no le viene bien que haya voto por correo y está haciendo todo lo posible –de forma más o menos velada- para ponerle trabas de cara a las próximas elecciones del 3 de noviembre.

Ya sabe usted que en El Telescopio somos muy de enredar. Así que, entre nosotros surgió la pregunta: ¿Por qué no se puede votar por internet? En principio, parece sencillo, ¿no? Nuestro razonamiento era: si podemos hacer todo tipo de gestiones con la administración, operar con cuentas bancarias, comprar [y pagar]… votar no puede ser tan difícil.

Donald Trump ha llegado a calificar de "chiste" al servicio postal de Estados Unidos

Pues resulta que sí lo es. Tanto, que los expertos que hemos consultado aseguran que, con la tecnología actual, es prácticamente imposible. Lo que no significa que no haya una posibilidad.

Donald Trump ha llegado a calificar de "chiste" al servicio postal de Estados Unidos

Problemas

“Pienso que se debería evitar el voto electrónico a menos que el nivel de seguridad garantice la fiabilidad, auditabilidad y veracidad que este delicado proceso requiere”, explica José Antonio Enrique, experto en ciberseguridad y CTO de Tess-Inn, una startup española que está desarrollando un sistema que genera datos HQ (de alta calidad) protegidos por ciberseguridad predictiva y sin el uso de contraseñas, con el mayor grado de privacidad, seguridad y transparencia para los usuarios.

Una opinión que comparte Fernando Cerezal, ingeniero de Innovación de BBVA Next Technologies: “No puedes tener un sistema que sea anónimo, se pueda comprobar y auditar a la vez”. Según su opinión, uno de los primeros problemas es que en el voto físico, nadie te puede forzar a optar por un determinado partido, pero “si votas desde tu casa, te pueden coaccionar”.

No puedes tener un sistema que sea anónimo, se pueda comprobar y auditar a la vez

Suplantación

Para Enrique, “el talón de aquiles de un sistema de votacion telemático en la actualidad es la suplantación del voto en cualquier punto del proceso. Al inicio de la cadena del voto la principal debilidad es el proceso de autenticacion, ya que hoy en día es en esencia lineal, es decir, que depende de un software, un usuario y un dispositivo electrónico que pueden ser suplantados. También añade debilidad al sistema la gestión inadecuada de las contraseñas por parte de los usuarios”.

Para garantizar la fase de autenticación, según él, se debería utilizar la inteligencia artificial para "implementar un sistema que no requiera de las ‘odiadas’ contraseñas por parte de los usuarios y crear una más robusta como hacemos en Tess-Inn mediante la construcción de un ADN digital que garantiza la identidad a la vez que el anonimato del votante". 

El talón de aquiles de un sistema de votacion telemático en la actualidad es la suplantación del voto en cualquier punto del proceso

Recuento

Pero, a juicio de Cerezal, también es importante el recuento y la verificación. “Para que no haya fraude electoral, querrás comprobar que tu voto registrado es realmente el tuyo. Pero también podría haber alguien que te obligase a enseñarle tu voto. En Madrid capital, un voto no tiene relevancia, pero en un pueblo de 50 habitantes, a lo mejor te puede generar enemistades”.

Por tanto, la verificación del voto de cada persona es una barrera más. Pero no solo eso. También se podría manipular la propia programación. “Si el sistema es centralizado podría suceder que a ti te mostrase que tu voto es el que has querido, pero sin embargo lo contabilizase de otra manera. Porque tú podrías verificar tu voto, pero no el de los demás”, razona Cerezal.

Auditar el proceso

El siguiente obstáculo que hay que superar es garantizar que todo el proceso está libre de manipulaciones. “En el voto físico, los miembros de la mesa y los representantes de los partidos políticos están auditando el sistema de forma constante. Pero cuando es telemático, necesitarías que los partidos tuviesen especialistas en tecnología que pudiesen estar auditando el sistema”.

Lo que sí parece claro es que, de crearse un sistema de voto telemático, tendría que estar basado en blockchain. Tanto Enrique como Cerezal apuntan a ella como la tecnología que podría resolver algunos de los problemas planteados por el voto telemático. “Es como un libro que ponemos en la plaza del pueblo, en el que todos vemos cómo escribe cada uno y que nadie hace trampas”, dice Cerezal. Pero también tiene sus pegas: “Que fuese anónimo y que pudieses verificar y demás, ya no es tan fácil. Porque tú quieres ver que en el recuento global, tu voto es el tuyo; pero también quieres que solo lo puedas ver tú”.

Esa tecnología también puede ser la respuesta a otro punto de debilidad, según Enrique: "El momento de la transmisión de los votos a través de la red, debido a que pueden ser interceptados por un tercero que pudiese alterarlos de forma maliciosa. Para garantizar una transmisión fiable, podemos usar blockchain, que imposibilita la alteración de la cadena de bloques donde van encapsulados los votos”.

Soluciones

Para Cerezal, tecnologías como la criptografía homomórfica, que permiten operar con los datos de una base sin descifrarlos, podrían ser una solución en el futuro. “Pero luego está dónde guardamos esta información para que no esté pervertida”, advierte.

Se podría utilizar un sistema de recuento público, que “por un lado es auditable, pero también es más fácil buscarle las cosquillas”, como señala Cerezal. “Se está buscando que no te puedan coaccionar en tu voto, que sea fácil de auditar por cualquier persona y que puedas hacer un recuento o revisión de los votos. Y, con todos esos requisitos, hasta donde yo sé, actualmente no existe ninguna solución”.


TRUMP VS. USPS: CLAVES DE UNA GUERRA SOTERRADA

Trump lleva meses criticando la eficacia del servicio postal de Estados Unidos [USPS] y la deuda contraída [el US Postal Service tiene que autofinanciarse, según la legislación del país]. El presidente ha llegado a afirmar que “es un chiste”.

La situación financiera del USPS es, en realidad, consecuencia de una ley de 2006 que lo obliga a adelantar los pagos de sus jubilados a la Seguridad Social, lo que supuso pagar 10.000 millones de dólares al año durante diez años. Y no solo eso, la ley también limitaba el precio máximo de sus productos y servicios. El resultado fue pasar de generar más de 900 millones de dólares en 2006, a perder 3.800 millones en 2009.

Para solucionar la situación, el presidente nombró el pasado mes de mayo como máximo responsable de USPS a Lewis DeJoy, uno de los mayores contribuyentes a su campaña.