“El cambio climático es el mayor desafíos de nuestro tiempo y nos encontramos en un momento decisivo. […] Los efectos del cambio climático son de alcance mundial y de una escala sin precedentes. Si no se toman medidas drásticas desde hoy, será más difícil y costoso adaptarse a estos efectos en el futuro”. Así abre Naciones Unidas la sección de su website dedicada al cambio climático.

Esa urgencia que transmite la ONU refleja las conclusiones de los informes científicos publicados sobre el tema. Salvo Donald Trump y algunas compañías con intereses en sectores cuya actividad afecta de forma directa al medioambiente, ya nadie niega el impacto antropogénico [generado por los humanos] en el cambio climático.

¿Crees que el Estado debe incrementar su financiación a las tecnologías limpias o que debe ser la iniciativa privada quien lidere el desarrollo del sector?

Sin embargo, la alarma creada por científicos e instituciones, no se refleja [o, por lo menos, no en la medida deseada] en la innovación en lo que a tecnologías limpias se refiere.

Coste y financiación

El experto y fundador de Future Cleantech Architects, Peter Schniering, señalaba esta semana en la web del World Economic Forum, que “en la mayoría de sus aplicaciones, la energía es una commodity regulada en un sector con bajas tasas de crecimiento y en la que la competencia es complicada debido a las estructuras de mercado monopolísticas”. Si a esto añadimos que el coste es el principal factor en la decisión de los clientes, a menos que éstos estén concienciados con el medioambiente, es fácil comprender lo complicada que resulta la irrupción de nuevos actores en esta industria. Y, por tanto, de encontrar financiación para los proyectos disruptivos.

Según Schniering, en la primera fase de innovación, en la que las ideas más arriesgadas necesitan asegurar su financiación,  es fundamental el apoyo estatal: “El problema es que demasiados conceptos brillantes [y rentables] han fracasado, por culpa de las barreras estructurales en estos estadios de innovación”.

¿Es posible un modelo mixto que funcione y no ponga todo el peso del riesgo en el dinero público y el beneficio en el privado?

Por otro lado, la iniciativa privada no apuesta por las tecnologías limpias lo que sería necesario. El principal motivo es que este tipo de proyectos “requieren que los inversores aguanten la respiración más, debido al gran volumen de inversión inicial necesario y a los ciclos de desarrollo, que son excepcionalmente largos”.

El World Economic Forum propone un modelo de inversión compartido público-privado, según el cual las rondas iniciales de financiación podrían tener una mayor contribución del sector público y las siguientes estarían participadas de forma igualitaria por el privado.

“Los legisladores tienen la oportunidad de crear ecosistemas de tecnologías limpias que produzcan un efecto imán de atracción a su territorio tanto de startups sostenibles, como de mentes brillantes”, afirma Schniering.

¿Qué opinas tú? ¿Crees que el Estado debe incrementar su financiación a las tecnologías limpias o que debe ser la iniciativa privada quien lidere el desarrollo del sector? ¿Es posible un modelo mixto que funcione y no ponga todo el peso del riesgo en el dinero público y el beneficio en el privado?