La relación entre Joan Laporta y Florentino Pérez, dos de los presidentes más influyentes del fútbol español, ha pasado de una alianza táctica a un enfrentamiento abierto. Lo que hace apenas un par de años era una relación institucional cordial se ha transformado en un cisma total, marcado por tensiones en torno al caso Negreira, los reproches sobre el arbitraje, discrepancias con Javier Tebas y el papel de Aleksander Ceferin y la UEFA en la actual gestión deportiva. El choque entre las dos grandes instituciones —FC Barcelona y Real Madrid— amenaza con reconfigurar el liderazgo del fútbol español en los próximos años.
De aliados a rivales
Hace menos de un año, el discurso público entre Barça y Real Madrid era de aparente cooperación. En noviembre de 2024, Florentino Pérez afirmaba que ambos clubes, considerados entre los más grandes del mundo, debían ayudarse mutuamente en pro del fútbol español.
Sin embargo, esa retórica de concordia ha quedado atrás. En 2025, la alianza se ha fracturado por completo. En el centro del desencuentro está el caso Negreira, una causa judicial que investiga pagos del FC Barcelona al vicepresidente de los árbitros, investigaciones que, según Pérez, constituyen “el mayor escándalo del fútbol actual”. Florentino ha sido particularmente duro en sus declaraciones públicas, señalando que no es “normal” que el Barcelona haya realizado pagos superiores a 8 millones de euros durante 17 años a quien era una figura clave en el arbitraje español, una cuestión que, según él, “no se olvidará nunca”.
Laporta responde con dureza y acusa distracción mediática
La respuesta de Joan Laporta no se ha hecho esperar. Después de que se aconsejara al presidente azulgrana guardar silencio, Laporta decidió hablar con firmeza durante eventos institucionales y actos oficiales. Allí acusó al Real Madrid de utilizar el caso Negreira como una cortina de humo para desviar la atención de sus propias carencias y proyectos fallidos, incluida la Superliga.
Laporta ha ido más allá al denunciar “barcelonitis aguda”, un término que usó para criticar la obsesión de los medios y de la presidencia merengue por cuestionar al Barça en lugar de centrarse en sus propios retos.
Además, el presidente del Barcelona ha recalcado que estos pagos son una herencia histórica, que nunca tuvo intención de alterar la competición y ha insistido en respetar la presunción de inocencia mientras se deja trabajar a la justicia deportiva y ordinaria.
Tebas, LaLiga y el arbitraje como campo de batalla
La fractura no se limita a Laporta y Pérez. La relación con Javier Tebas, presidente de LaLiga, también se ha tensado. En declaraciones anteriores, Tebas había sido crítico con ambos clubes, pero, especialmente, con aspectos del arbitraje y el impacto que las acusaciones e investigaciones tienen sobre la competición. LaLiga ha quedado atrapada en el fuego cruzado: mientras Tebas llama a preservar la integridad deportiva, las acusaciones cruzadas entre Real Madrid y Barcelona complican la gobernanza del fútbol español, generando un contexto en el que la figura de LaLiga como árbitro institucional queda puesta a prueba.
El papel de la UEFA y su presidente, Aleksander Ceferin, ha sido observado con atención por ambas partes. La relación del Barcelona con la UEFA ha sido más constructiva últimamente, incluso en decisiones disciplinarias relacionadas con el caso Negreira y otros asuntos contractuales.
A diferencia del tono confrontado con Florentino Pérez, la UEFA no ha excluido al Barcelona de competiciones europeas por causas disciplinarias, y en algunos procesos ha ajustado multas, lo que ha reforzado la percepción en Barcelona de contar con un apoyo institucional europeo que contrasta con las críticas lanzadas desde Madrid.
Este contexto ha reforzado la sensación de una guerra de influencias entre estructuras deportivas nacionales y europeas, donde las alianzas y tensiones entre dirigentes dejan de ser meramente futbolísticas para entrar en terrenos políticos.