Dani Alves, a sus 42 años, está muy cerca de escribir un nuevo capítulo en su carrera deportiva. El histórico exlateral del FC Barcelona, ganador de múltiples títulos nacionales e internacionales, ha dado un paso sorprendente: negociar la compra del club portugués São João de Ver, que milita en la tercera división lusitana, y planea firmar un contrato que le permita jugar seis meses en el equipo. Este movimiento pondría fin a casi tres años de ausencia de los terrenos de juego tras su retiro en enero de 2023.

Una maniobra peculiar

El proyecto de Alves no se limita a ser propietario: su objetivo es participar activamente en el campo y liderar al equipo desde dentro, aportando experiencia, visión táctica y un liderazgo que solo un jugador de su talla puede ofrecer. Fuentes cercanas al jugador confirman que Alves ya ha iniciado conversaciones con la Liga Portuguesa para regularizar su inscripción como jugador propietario.

Su plan incluye competir en la temporada 2026 y acompañar al equipo en cada partido importante. La estrategia de Alves podría marcar un precedente en la historia del fútbol moderno: combinar la gestión de un club con la participación activa de un futbolista veterano, algo que hasta ahora había sido muy poco frecuente.

Dani Alves también tiene ambiciones más allá del rendimiento en el césped. Su proyecto en el São João de Ver contempla fortalecer la cantera, desarrollar jóvenes talentos locales y elevar la visibilidad mediática del club. Alves, que ha jugado en Brasil, España, Italia, Francia y México, quiere aprovechar su experiencia internacional para crear un modelo sostenible que combine deporte y gestión.

La idea es que su presencia atraiga no solo a aficionados, sino también a patrocinadores y medios, aumentando los recursos del club y permitiendo una inversión estratégica en infraestructura, scouting y formación de jugadores. Su visión es convertir al São João de Ver en un club competitivo y reconocido a nivel nacional, incluso en categorías superiores a corto o medio plazo.

Un regreso inesperado

La vuelta de Alves a los campos a los 42 años supone un récord de longevidad para futbolistas de élite y un desafío físico notable. Su última experiencia en activo fue con el UNAM Pumas de México, y desde entonces se había centrado en proyectos personales, charlas motivacionales y gestión deportiva. Volver a jugar supone un esfuerzo enorme, tanto físico como mental, pero Alves ha demostrado a lo largo de su carrera que es capaz de superar los límites. Su regreso no solo tiene un impacto deportivo, sino también mediático: su presencia en el campo atraerá atención internacional, reavivando la pasión de los aficionados y mostrando que la experiencia puede combinarse con el rendimiento activo incluso en edades avanzadas.

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