Gobierno, sindicatos y patronal. La fórmula del éxito que aplauden los agentes sociales y que Unai Sordo Calvo (Baracaldo, 1972) defiende en esta entrevista con ElPlural.com con un ojo puesto en la reunión que mantienen al mismo tiempo los equipos negociadores con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, por la reforma laboral. El secretario general de CCOO no puede darnos minuto y resultado de la mesa de negociación más seguida del país, pero sostiene que un nuevo bloqueo “tendría consecuencias en los Presupuestos”.

Preguntado por los buenos datos que arroja la tasa de paro -que desciende por primera vez en la historia en un mes de octubre-, el líder sindical asegura que “las políticas pactadas entre el Gobierno, sindicatos y patronal han servido para salvar económicamente al país”. Firme en sus convicciones, y pese al mantra defendido por Casado y la cúpula de Génova, 13 en su análisis paralelo de la situación, Sordo añade que “estos datos son pese a la reforma laboral de Mariano Rajoy”, ya que si esta hubiera primado durante la pandemia “habría conllevado la destrucción de millones de empleos”.

Pregunta: Se está celebrando ahora la primera reunión de la mesa de negociación tras el maremágnum que ha vivido el Gobierno en estas semanas. Minuto y resultado no nos podrá dar, pero al menos sensaciones o deseos…

Respuesta: Para nosotros la mejor noticia es que, en efecto, tras el maremágnum de la polémica que ha habido se consoliden y sigan vigentes las propuestas que el Gobierno había traído y que la negociación siga donde las dejamos. Lo más importante es que en las tres o cuatro próximas semanas se garantice una corrección de la reforma laboral y una mejora cualitativa del modelo laboral español.

P: Ha dicho corrección, no derogación.

R: Creo que este es un debate nominalista que no lleva a ninguna parte. Para mejorar el modelo laboral español, para enfrentar el modelo de precariedad que lleva instaurado en España 35 años y corregir los aspectos de la reforma laboral que han incidido en ese aspecto hay que derogar aspectos de la legislación. Pero hay que derogarlo para sustituirlo por otros, no derogarlos para volver a la legislación de hace 12 o 14 años donde teníamos un 33% de temporalidad.

P: Comparten entonces el factor técnico de que no se puede derogar sin una alternativa.

R:No es tanto una cuestión técnica, es una cuestión de si eliminamos de la legislación por ejemplo la prevalencia de aplicación del convenio de empresa, que pueda rebajar los convenios sectoriales. Esto se hace derogando un artículo del Estatuto de los Trabajadores. Si además queremos dotar de más estabilidad al empleo y cambiar el sistema de contratación que hay en España no se hace solo derogando un contrato determinado, sino planteando medidas alternativas para que, en lugar de recurrir a despidos, las empresas recurran a fórmulas de adaptación de la jornada, por decir algo. Esto no se hace solo con una derogación sino con una legislación alternativa. Es un planteamiento ambicioso que no puede consistir solo en derogar, sino en derogar para construir.

P: Más allá del debate nominal, usted da ejemplos muy concretos. ¿Hay propuestas concretas sobre la mesa? Porque da la sensación de que todo es muy ambiguo. El Componente 23 que se ha enviado a Europa es un desiderátum más que medidas concretas. ¿Hay medidas concretas encima de la mesa?

R: Creo que es ambiguo cuando se traslada a la abstracción política y al debate político. En las mesas estamos hablando de cosas muy concretas que tienen que ver con la vida material de la gente. De si un convenio colectivo, cuando no se llega a un acuerdo, desaparece y con él los derechos laborales asociados. O de si un convenio de empresa puede reducir los salarios de uno sectorial y este provoca situaciones de explotación. Estamos hablando de si nos cargamos esto o no. Por tanto, hay propuestas en todos los terrenos que tienen que ver la luz en tres semanas como mucho.

P: La ultraactividad de la que habla o la prevalencia del convenio sectorial sobre el de empresa dan más fuerza en la negociación colectiva a los sindicatos. ¿Eso es algo innegociable para ustedes?

R: Es innegociable pero no porque dé más fuerza a los sindicatos, que ya sería una razón muy importante, porque es dar fuerza a los trabajadores y trabajadoras. Pero es innegociable porque lo hemos negociado ya tres veces y porque supone recuperar un cierto equilibrio en las relaciones laborales. No se puede explicar que, en España, la cuarta economía del euro, un sector como el de los hoteles, que hasta la llegada de la pandemia había facturado millonadas astronómicas con 85 millones de turistas, mientras da esos resultados a la vez externalice el mantenimiento de las habitaciones para que las trabajadoras tengan que hacer las habitaciones por tres euros, tengan lumbalgias, lesiones en las manos y tengan situaciones de explotación. Y por eso es necesario introducir esto en la ley y prohibir estas prácticas.

P: Si no hay reforma laboral, ¿qué harán los sindicatos?

R: Si no hay reforma laboral, habrá una movilización intensísima de los sindicatos. Pero yo no contemplo el escenario de que no haya reforma laboral. España tiene un compromiso con Bruselas y del pacto del Gobierno y superada la polémica dentro del Gobierno con las propuestas que hay encima de la mesa, creo que estamos en posición, en tres semanas como mucho, de llegar a un consenso. Ojalá pueda ser tripartito y, si no, el Gobierno tendrá que decidir. Pero el escenario de la no modificación de la reforma laboral ya está disipado.

P: ¿Ustedes entienden la discusión que ha habido en el Gobierno?

R: Yo creo que tiene varios factores.Lo que pasa es que ahora no sé si es ya lo más procedente profundizar en esos factores. Para el sindicato, sobre todo lo importante que es la fiabilidad de las cosas que se llevan a esta mesa de negociación. Ayer el ministro Escrivá nos plantea una primera aproximación al índice de equidad intergeneracional. Tenemos que saber a ciencia cierta que esa es una propuesta no de un rato que se le ocurrió al ministro, sino del Gobierno de España. Es razonable. En la reforma laboral pasa lo mismo. Lo que pedimos es fiabilidad en las propuestas y una vez superado esa polémica que ha habido, sea por un tema de método o por un tema de fondo, no nos interesa profundizar mucho más en lo que ha ocurrido, que creo que han sido varias cosas a la vez.

P: ¿Creen que si, por ejemplo, está Nadia Calviño en la negociación será más fácil que la patronal firme la reforma laboral?

R: Yo creo que lo importante es que las propuestas del Gobierno sean propuestas colegiadas, no puede ser de otra manera. Y como interpreto que ha sido hasta ahora, ¿no? Y yo creo que la posibilidad de que la CEOE llegue a un acuerdo no es fácil. Es francamente difícil, pero creo que no es imposible. Creo que se le otorgó mucho poder y muchas ventajas en la reforma laboral del año 2012, que facilitaba el despido, que precarizaba la contratación, que daba más poder a la empresa y al empresario para modificar las condiciones de trabajo a la baja. Y cuando se da tanto poder es difícil que una patronal ceda voluntariamente ese poder. Por tanto, no es fácil el acuerdo, pero creo que no es imposible.

P: Ustedes hablan de movilizaciones si no hubiera reforma laboral. Pero, ¿qué creen que haría la patronal si hay reforma laboral sin ellos?

R: Pues supongo que criticar seriamente la reforma, pero yo, primero, no voy a dar por sentado que no esté CEOE. Nosotros preferimos un acuerdo tripartito, pero insisto, lo que no puede tener nadie es derecho de veto. Creo que el gran error sería situar que sólo se corregirá la reforma laboral con un acuerdo tripartito, porque eso es dar de facto un derecho de bloqueo a una de las partes. Creo que esto hay que hay que descartarlo. La reforma laboral de 2012 quiero recordar que no se hace desde el marco del diálogo social, sino que se hace contra el diálogo social y de forma unilateral por parte del Partido Popular, mediante un decreto que se lleva por delante un montón de derechos laborales.

P: Se suele decir que en los Pactos de la Moncloa a los trabajadores se sacrificaron ante la inflación disparada que había y en 2012, como acaba de decir, se les dio mucho poder a los empresarios con la reforma laboral. Ayer, la portavoz del Gobierno, en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, hablaba todo el rato de una reforma laboral para los trabajadores y trabajadoras. ¿Es el momento de que recuperen algo los trabajadores?

R: Indiscutiblemente. Yo creo que el deterioro de los derechos laborales después de la reforma de 2012 es un muy importante. La proliferación del trabajador pobre, es decir, la persona que teniendo un puesto de trabajo incluso a jornada completa, está prácticamente en los umbrales de la pobreza, se ha dado en España en los últimos años. Y esto hay que combatirlo equilibrando esas relaciones laborales, subiendo el salario mínimo interprofesional y estabilizando la contratación. Porque parte de la debilidad que tienen los trabajadores en el mundo del trabajo tiene que ver con la amenaza permanente de despido y con la precariedad que millones de trabajadores en España tienen en sus contratos.

P: El PP insinúa que hay un pacto secreto con Europa y usted hablaba antes de lo que ha enviado el Gobierno a Europa. ¿Hay algún pacto secreto?

R: Aquí se está tratando de utilizar a Europa como una especie de hombre del saco que va a venir a leernos la cartilla por no se sabe qué. Yo creo que, en España, el Partido Popular y parte de la derecha económica de este país añora los tiempos en los que Europa impuso una política de austeridad, de empobrecimiento de las clases populares y de rebaja de los salarios. Esa fue la apuesta de hace diez años para salir de la crisis. Y es una apuesta que el Partido Popular comparte en términos ideológicos. La mala noticia para esa derecha económica y política es que Europa ya no está en eso. Europa apuesta por una recuperación de los salarios, por un fortalecimiento de la inversión pública, como se ha demostrado con los fondos de recuperación europea, y Europa lo que le dice a España es ‘reduzca la temporalidad, reduzca las cifras de paro juvenil y mejore las políticas activas de empleo’. Si esto es lo que dice Europa, no hace falta que venga Europa a decirlo, porque también lo dice Comisiones Obreras. No es cierto que Europa esté vetando o que ponga como condición sine qua non para recibir los fondos de recuperación europeos que no se toque la reforma laboral.

P: 180 millones de contratos temporales desde 2012. Ese es el dato, que además es la enseña de la ministra Yolanda Díaz, que dio ayer en el Senado. ¿Esa es la flexiseguridad de la que hablan la patronal y los economistas liberales?

R: Esa es la muestra del disparatado modelo laboral que tiene España. En España, desde hace muchos años, cada mes, más del 90% de la contratación que se suscribe es temporal. Y desde hace muchos años somos el país con mayor tasa de temporalidad. Eso no es flexiseguridad, eso es precariedad. Y eso es haber acostumbrado a las empresas a trabajar con colchones de trabajadores temporales que, al más mínimo problema de ciclo económico, o de lo que sea, expulsa al desempleo y al paro mediante despidos o mediante restricciones de contratos. Y esto es lo que hay que transformar en un modelo de estabilidad en la contratación. Dificultar el despido y, como alternativa, buscar fórmulas de rotación de jornada para que cuando haya problemas en las empresas el último recurso sea despido.

P: Hace unas semanas, hablando de datos, la de EPA dio el mayor dato de ocupación desde el 2008. Y hoy justo hemos visto  la mayor caída del paro en octubre desde que hay datos. Y como ya se hace con los ERTES es fácil decir que estos datos se dan con la reforma laboral de Rajoy. ¿Qué respuesta dan a ese argumento?

R: Que estos datos son pese a la reforma laboral de Mariano Rajoy, porque en esta pandemia le hemos hecho un bypass a la reforma laboral de Mariano Rajoy. La reforma laboral del 2012 lo que precipitó fue la utilización del despido de una forma muy importante en nuestro país. Ahora lo que hemos hecho es adoptar una medida que han sido los ERTE, que han conllevado compromisos de no recurrir al despido por parte de las empresas. Y esto es lo que nos ha permitido salvar tres millones y pico de puestos de trabajo en nuestro país. Si se hubiera aplicado la reforma laboral de Mariano Rajoy, habría conllevado la destrucción de millones de empleos. Ahora se ha instalado la idea de que los ERTES son de la reforma laboral del 2012. Yo no sé de dónde lo han sacado. Es una mentira repetida 1.000 veces, a ver si se convierte en verdad. Los ERTES son tan viejos como la legislación laboral en España, pero ahora les ha dado por ahí.

P: Hoy nos hemos desayunado otra vez con una entrevista un hostelero que dice que no encuentra camareros porque prefiere estar en casa cobrando el ERTE. ¿Qué siente cuando escucha estas frases?

R: A mí me parece que se empieza a hacer un discurso con esto que hay que hay que denunciar. En España muchos de los puestos de trabajo que dicen que no se cubren es porque les ofrecen unos términos de explotación salarial, de malas condiciones de trabajo o de bajos salarios. Nadie prefiere estar en un ERTE, y menos en un sector como la hostelería, donde estar en un ERTE supone que se percibe un 70% de los ingresos declarados. Y este es un sector donde, habitualmente, una parte muy relevante de los ingresos reales del trabajador no son declarados. Vienen de alargamientos de jornada, de cobrar propinas o de pagos en B. Por tanto, no es un 70%. Es bastante menos del 70% de lo que habitualmente un trabajador se lleva a casa. En esas condiciones nadie quiere estar, porque son situaciones de pobreza.

P: ¿Y a qué cree que responde esta campaña o este bombardeo continuo con que los trabajadores son vagos y no quieren trabajar y no acuden a las ofertas de trabajo?

R: Porque hay un cuestionamiento de la política salarial que se ha llevado en los últimos tiempos, que tienen que ver con la subida del Salario Mínimo Interprofesional y que tiene que ver con los acuerdos que durante un tiempo hemos conseguido en los convenios colectivos. Y hay una ofensiva muy importante para tratar de que no continúe esa subida de los salarios más bajos.

P: ¿Puede haber Presupuestos sin reforma laboral? ¿Y puede haber reforma laboral sin Presupuestos?

R: Pues esta es una muy buena pregunta en la que no ha reparado casi nadie. Yo no he querido echar más leña al fuego, pero creo que era muy importante salir de la polémica que se estaba generando, porque creo que el escenario de la reforma laboral podría tener unos efectos mariposa enormes. A nadie se le escapa que un bloqueo de la reforma laboral tendría consecuencias en los Presupuestos. Es muy difícil pensar que el perímetro de partidos que apoyan legislativamente al Gobierno, como Esquerra Republicana, PNV, Bildu, Compromís, o Más País fueran a avalar unos Presupuestos si previamente no queda claro que va a haber una corrección de la reforma laboral. Por tanto, como todo se ha reconducido, bien está lo que bien acaba. Pero creo que en el futuro conviene no mover mucho estas cosas, porque todo puede complicarse.

P: Frente a las históricas pugnas internas que suele vivir la izquierda, usted acaba de empezar un segundo mandato con un apoyo del 94%. ¿Cuál es su secreto?

R: Yo no creo que sea un secreto, ni mucho menos mío. Yo creo que es una prueba de la cohesión interna que Comisiones Obreras tiene desde hace bastante tiempo y de la madurez que tiene esta organización para leer la trascendencia del momento histórico que vive la clase trabajadora española. Hay que concentrar las fuerzas hacia fuera y no hacia conflictos internos y es la prueba de la cohesión que tiene.

P: ¿Está recuperando fuerza los sindicatos después de la crisis de 2008? ¿O la está recuperando con este Gobierno respecto al anterior?

R: Yo creo que se ha recuperado el valor de algunas de las acciones del sindicato, sobre todo las llevadas al diálogo social y a la concertación social. Porque creo que, después de años en los que se pasó por encima del diálogo social, las políticas pactadas entre el Gobierno, sindicatos y patronal han servido para salvar económicamente el país. Ni más ni menos. Esto creo que es muy, muy trascendente. Y luego hay otras áreas de trabajo sindical donde tenemos que seguir con un proceso adaptativo fuerte, porque el mundo ha cambiado mucho en los últimos tiempos y el sindicato aspira a seguir reforzándose en los espacios menos sindicalizados de la empresa y de la economía española. Por tanto, no hacemos una lectura autocomplaciente el sino que el reto es seguir mejorando, seguir siendo la organización con más afiliación, con más representación, con más sectores sindicales y con mayor nivel de autofinanciación que existe en España.

P: Venimos de una semana en la que el Gobierno de coalición de Podemos y PSOE se han estado peleando y, en cambio, su coalición con UGT parece de hierro. Imagino que tendrán sus diferencias, pero como convencería usted por ejemplo a un trabajador de que se afilie a Comisiones Obreras y no a UGT.

R: Yo siempre digo que un trabajador lo que tiene que hacer es afiliarse a un sindicato y luego lógicamente le intentaría convencer de que fuera a Comisiones Obreras. Porque yo creo que tenemos la propuesta sindical más sólida que existe en España. Somos la organización más grande, con mayor presencia en el conjunto de sectores de la actividad y creo que respondemos mejor que nadie a los retos que tiene la clase trabajadora. Pero, en efecto, nosotros tenemos una relación de unidad de acción con UGT. Y una relación de competencia cooperativa, es decir, competimos en las elecciones sindicales, pero a partir de ahí conformamos una propuesta muy armada y muy consensuada en materia de política sindical. Y esto es un valor enorme para los trabajadores y para las trabajadoras, porque tanto la patronal como los Gobiernos saben que entre Comisiones Obreras y UGT podrá haber matices, pero no va a encontrar una falla que debilite la posición de negociación de los trabajadores. Y esto es muy importante.

P: ¿Y esta petición a los trabajadores de que se afilien a un sindicato también valdría para Solidaridad de Vox? ¿O no es un sindicato?

R: No, yo me refiero a un sindicato destinado a defender los derechos de los trabajadores y no a ser una avanzadilla neofascista para servir a los intereses del capitalismo más cutre de España.

P: De hecho, Vox ha pedido ahora en una propuesta de ley que se rebaje la proporcionalidad por la que a un sindicato se le considera representativo. ¿Se imagina usted el día de mañana en una negociación colectiva con este sindicato?

R: A mí me gusta hablar de las cosas que existen y de las cosas que son virtuales, en fin… En Comisiones Obreras somos casi un millón de personas afiliadas, con 5.600 secciones sindicales, con presencia en centros de trabajo donde está el 54% de los asalariados de este país, con un nivel de autofinanciación de un 84%, con 130 millones que recaudamos en cuotas de nuestra afiliación. Estamos hablando de la mayor organización de España, que lógicamente dedica 0,1 décimas de segundo a pensar en una organización que realmente es virtual.

P: Esto también es virtual, pero las encuestas parece que lo revalidan un poco más. ¿Se imagina negociando el día de mañana con un ministro, quizás no de Empleo sino de Empresa de Vox?

R: Bueno, yo soy de los convencidos de que como den los números, el Partido Popular y Vox van a configurar un gobierno en España. Y si eso fuera así, lógicamente ese sería el interlocutor institucional que tienen los sindicatos. Pero ese escenario sería bueno descartarlo por la vía de los hechos y eso pasa por reforzar una agenda social que haga entender a la mayoría social de este país que no es conveniente integrar la ultraderecha en el Gobierno de su país, porque creo que tiene unos riesgos de calidad democrática como no hemos conocido en las últimas cuatro décadas en España

P: Suárez, González, Aznar Zapatero y Rajoy. ¿Será este el único Gobierno que no tenga una huelga general?

R: No lo sé. Tal como están las cosas, si se recompone la situación en la negociación de la reforma laboral y de pensiones y le damos una salida social a esas cuestiones, evidentemente no es previsible, desde luego ni en el corto ni en el medio plazo, una huelga general. Pero la vida da muchas vueltas y nosotros le hemos hecho huelgas generales a los gobiernos de distinto color en función de sus políticas. Nosotros lo único que analizamos es qué políticas se hacen de cara a los intereses de la clase a la que representamos que es la clase trabajadora. Pero tampoco nos autojustificamos en la convocatoria o no de una huelga general. En cualquier caso, es una herramienta de lucha, no un fin en sí mismo.