Las trabajadoras de la limpieza del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas pasan miedo todos los días. La inseguridad laboral ha aumentado sustancialmente en las terminales y mientras las agresiones sexuales, los golpes y los insultos hacia el personal de limpieza crecen, las víctimas denuncian que la pasividad de Aena es proporcional a su riesgo y temor. Los más de diez testimonios y los documentos gráficos recabados por ElPlural.com atestiguan que la situación es insostenible para las empleadas, que están desesperadas ante el abandono y la dejadez de la empresa pública.

El principal problema que las afectadas han trasladado a este periódico llega a la hora de realizar la limpieza de los múltiples baños que se encuentran distribuidos por las instalaciones aeroportuarias, situándose principalmente el foco en la zona de acceso público, aunque la restringida únicamente a pasajeros también registra un aumento de percances. Agresiones verbales y físicas, siendo aquellas de índole sexual que afectan principalmente a mujeres las más graves, y una suciedad extrema son el pan de cada día de las trabajadoras. El aumento de estos incidentes y su comunicación a Aena no ha generado ningún abordaje, denuncian las fuentes a las que ha accedido ElPlural.com.

Estamos limpiando mierda, pero no somos mierda

Uno de los casos acaecidos propició que la víctima acudiese a la comisaría situada en la terminal, donde recibió una respuesta que ha desanimado a otras afectadas a dirigirse a instancias policiales. En aquella ocasión, un hombre aprovechó que las limpiadoras se encontraban en el interior del aseo para acceder y masturbarse. Sin embargo, una vez interpuesta la denuncia, las fuerzas del orden trasladaron a la trabajadora que no podían actuar sin la presencia de lesiones físicas. Un hombre con el pene fuera persiguiendo a dos mujeres es otra de las situaciones relatadas.

Las denuncias no tienen mucho recurrido” y la falta de un protocolo contra agresiones sexuales es incomprensible. La exposición del personal es continua y los ataques no se limitan al ámbito sexual. Los baños son un foco de violencia localizado y los golpes y vejaciones constantes son solo la fundamentación del “estrés y el miedo” que sufren diariamente las y los limpiadores. El aumento de las personas establecidas permanentemente en las terminales y las reformas desarrolladas tan solo han terminado por dinamitar un problema denunciado desde hace años por el eslabón más débil y desprotegido.

Preguntados por las quejas de las trabajadoras, desde la empresa aseguran que "en el aeropuerto existen importantes medidas de seguridad, además de la presencia permanente de Guardia Civil, Policìa Nacional  y Seguridad Privada. En el caso del primero cuenta con Comandancia y en el segundo Comisarìa. En caso de haber algún tipo de agresión se debería interponer denuncia ante estas instancias". "Se trabaja diariamente para garantizar la seguridad de todas personas en el aeropuerto, pasajeros y trabajadores", sentencian.

Pinchazos con jeringuillas

Encontrar en los baños papelinas y jeringuillas utilizadas para el consumo de heroína también se ha vuelto habitual para las trabajadoras -más de una ha sufrido ya algún pinchazo como consecuencia-. Este incremento, denuncian, se debe a la retirada de las papeleras que anteriormente se ubicaban en los aseos para depositar este tipo de residuos y otroz punzantes que, en gran medida, utilizaban los consumidores. Esta es una más de las decisiones que el personal encuentra contraproducente y que ha elevado a sus superiores.

"El aeropuerto dispone de papeleras. Si te refieres a los contenedores para depositar jeringuillas se retiraron tras consulta con asociaciones de diabéticos", aseguran desde Aena, no obstante, en declaraciones a ElPlural.com.

Aena nos está arruinando la existencia

La empresa, propiedad en un 51% de la entidad pública ENAIRE, no ha respondido a los escritos remitidos ni a los clamores del personal, que tan solo solicita poder cerrar cada baño en el momento de su limpieza durante el espacio de tiempo que se encuentran desarrollando su trabajo. El miedo y la inseguridad que se ha agravado en los últimos tiempos no responde únicamente al aumento de la afluencia de pasajeros ni a los cientos de personas, en torno a 200 trasladan las trabajadoras, que actualmente viven de manera habitual en el aeropuerto; sino a las reformas desarrolladas en las instalaciones.

Obras absurdas

Desde que el aeropuerto comenzó su actividad, los baños contaban con una separación de metacrilato que partía la habitación en dos y permitía a las limpiadoras realizar su trabajo en una de las partes que quedaba clausurada, mientras los usuarios podían acceder a la otra que se encontraba habilitada. Al finalizar la limpieza del primer segmento, el proceso se invertía. Esto impedía que los empleados tuvieran que desempeñarse mientras los pasajeros hacían sus necesidades y se salvaguardaba parcialmente su integridad y dignidad, pero las reformas impulsadas por Aena han terminado con este sistema.

Hace varios años que se reformó el primer baño para eliminar la mampara y, ya en aquel momento, el conjunto de trabajadores trasladó que esto supondría un problema, pero no solo no se ha solucionado, sino que se ha continuado con las actuaciones. Existía un pincipio de acuerdo con las empresas de limpieza subcontratada por Aena (Serveo, Sacyr y Optima) para cerrar los baños durante la limpieza, tal y como constatan dos actas en propiedad de las organizaciones de trabajadores, pero la entidad pública decidió no aceptar lo pactado.

El bloqueo de la entrada con el uso del propio carrito de la limpieza, con un biombo o con unas cintas similares a las que usa la policía para acordonar zonas no ha conseguido frenar a aquellos pasajeros, agresores o no, que deciden saltarse la directriz y acceder al baño, algo que también fue advertido por el personal desde el principio. El panel de metacrilato que antiguamente dividía las instalaciones tampoco es mejor alternativa a la clausura durante un máximo de media hora (tiempo estimado por los entrevistados), pero ahora las trabajadoras lo recuerdan con nostalgia.

Momentáneamente, en una decisión que los propios empleados consideran absurda, discriminatoria e injustificada, Aena ha decidido permitir únicamente el cierre de los baños de hombres durante la limpieza, siempre y cuando no haya disponibles biombos, lo cual no evita las agresiones y obliga a la realización del trabajo mientras los usuarios utilizan los baños. No obstante, la obras no se quedan ahí. También ha acabado con los sumideros, por lo que, si un baño se desborda (algo común en un aeropuerto por el que pasan más de 150.000 personas diariamente), no queda otra que recogerlo con cubos, relatan los trabajadores.

La última comunicación remitida por el Comité de Limpieza a Aena está fechada el pasado 21 de febrero y la Inspección de Trabajo, que se personó en las instalaciones a peteción de los empleados el 29 de noviembre de 2023, ha encargado un informe psicosocial para abordar la situación. Mientras, las trabajadoras continúan diariamente desarrollando una labor fundamental sin la que el aeropuerto sería un lugar intransitable. Las personas afectadas por la situación han querido dejar un mensaje claro: “Los de la limpieza estamos limpiando mierda, pero no somos mierda”.