El Índice de Precios de Consumo (IPC) subió un 0,5% en junio en relación al mes anterior y situó su tasa interanual en el 2,7%, la más elevada desde febrero de 2017, según los datos publicados este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

De nuevo el IPC anual encadena su sexta tasa positiva subiendo consecutivamente en un 0,5%, sostenido, entre otros sectores por la vivienda con una tasa con una tasa del 10,9%, cinco décimas superior a la del mes anterior; transporte, que sitúa su tasa mensual en el 1,1%, como consecuencia de la subida de los precios de los carburantes y lubricantes y Alimentos y bebidas no alcohólicas, que registra una variación del 1,1%. Es decir, tres décimas por encima de la tasa de mayo.  “Destaca en este comportamiento las subidas de los precios de los aceites y grasas, de la carne y de la leche, queso y huevos, que disminuyeron en 2020”, según indica el INE.

Además, el IPC ha aumentado en siete comunidades autónomas en junio respecto a mayo (Cantabria Asturias; La Rioja; Baleares; Castilla y León; Extremadura; País Vasco y Melilla) y disminuye en tres (Castilla-La Mancha; Navarra y Murcia)

Por su parte, el incremento de precios (del 2,5 al 2,6)  se debe principalmente al encarecimiento de los suministros básicos, como la electricidad y los alimentos; paquetes turísticos y combustibles. Concretamente el índice de los Precios de Consumo es un “indicador coyuntural que mide la evolución de los precios de los bienes y servicios de consumo adquiridos por los hogares residentes en España”, según indica el INE, frente al Índice de los Precios Armonizado (IPCA), “un indicador cuyo objetivo es proporcionar una medida común de la inflación que permita realizar comparaciones internacionales”.

Respecto a la inflación subyacente, en la que no se incluyen alimentos no elaborados ni productos energéticosicos, se mantiene en el 0,2%. Es decir, continúa dos puntos y medio por debajo de la del IPC general.