Baño de masas se queda corto para definir lo que ha experimentado Pedro Sánchez este miércoles en la sede nacional de la Unión General de Trabajadores. Aplausos, abrazo y vítores han marcado el inicio de la conferencia inaugural de las Jornadas Confederales de Acción Sindical de UGT, las más masiva que se recuerdan. Tanto es así que, con el aforo completo, múltiples personas que se han acercado al evento no han podido acceder a un salón de actos que no admitía un asistente más de pie en los márgenes del patio de butacas. La conjura con los sindicatos, en favor del diálogo social, se ha constatado y el camino a seguir lo ha delimitado el presidente del Gobierno: “Estamos decididos a defender a la gente de a pie”.

Es posible, ha asegurado, y así lo va a hacer este Gobierno hasta el último día, ha continuado, “mantener la dignidad de los salarios y de las pensiones, fomentar una política fiscal con una redistribución justa en favor de las clases medias y de los trabajadores y defender el primer derecho de los trabajadores, la democracia”. El discurso del presidente ha sido tajante y, lejos de dejar alguna puerta abierta, ha asegurado que la coalición progresista seguirá trabajando hasta el último día en favor del tejido social. “El Salario Mínimo Interprofesional (SMI) va a subir”, ha asegurado, garantizando que cumplirá con el compromiso que asumió hace tres años, que alcance el 60% del salario medio. El Estatuto del Becario también verá la luz, ha garantizado.

No obstante, la larga intervención de Sánchez no se ha centrado solamente en las líneas que va a seguir el Gobierno de cara a este último año de legislatura. También ha recordado todo lo alcanzado, en conjunción con los sindicatos, y se ha acordado de los agoreros que pronosticaban poco más que la quiebra económica. “El año 2023 no viene envuelto en las catástrofes que algunos anunciaron y, por mucho que les pese, el apocalipsis no ha llegado ni llegará”, ha trasladado. Eso sí, ha pedido prudencia y ha asegurado que se acercan momentos difíciles y de incertidumbre los que, en ningún caso, pagarán los trabajadores, remarcaba.

El líder del Ejecutivo ha querido acordarse también de Mariano Rajoy y de su Gobierno del 2013 para contestar a los que ahora aseguran que el país, a pesar de marcar los mejores indicadores interanuales de inflacióncrecimiento económico, atraviesa su peor momento. Hace diez años, ha recordado, la Encuesta de Población Activa (EPA) reflejaba seis millones de parados y España aportaba uno de cada tres desempleados de toda la UE. Se cerraron urgencias en el medio rural, se privatizó el sistema nacional de salud y algunas Comunidades Autónomas experimentaron con el copago por receta, ha destacado en el ámbito de la salud. Se produjo una salida masiva de jóvenes en busca de oportunidades que se le negaban, se perdían 2.000 puesto de trabajó cada día, el paro superaba el 26%, el 57% el juvenil, ha lamentado en lo referido al ámbito laboral atravesado en aquella época.

“Importábamos rescates bancarios y ahora exportamos soluciones”

Un buen rato más ha dedicado Sánchez a enumerar las políticas recesivas y contra los trabajadores implantadas por el PP en 2013 y defendidas por la formación todavía actualmente. "El mantra neolibera y austericida", lo ha denominado. En contraposición, ha enumerado las decisiones asumidas por su Gobierno: escudo social, subida de las pensiones y del SMI, la reforma laboral que más empleo ha generado de la historial y así ha continuado enumerando. “Tenemos la menor inflación de Europa, la mayor tasa de crecimiento de Europa y unos grandes datos de empleo […] Importábamos rescates bancarios de Europa y ahora exportamos soluciones como la excepción ibérica”, ha resumido y, en ese momento, ha introducido la cuestión que considera decisiva.  

“Nos adentramos en un año crucial en el que España se la juega. La sociedad tendrá que elegir entre dos alternativas. La nuestra, la centrada en proteger empleos, familias, rentas, desde la política útil y desplegando todas las herramientas del Estado. O la otra que busca defender los intereses de los más poderosos y pretende implantar las mismas técnicas de la crisis financiera, el sálvese quien pueda”, ha sentenciado.