La agencia de calificación de riesgo Standard & Poor's (S&P) ha elevado la nota de España un escalón (desde BBB+ a A-), de aprobado alto a notable bajo, tras constatar el efecto limitado que sobre la economía española han tenido las tensiones políticas en Cataluña.

Además, S&P sitúa a España en perspectiva positiva, lo que deja la puerta abierta a adicionales subidas de nota en revisiones futuras. De esta forma la agencia sigue los pasos de Fitch, que en enero subió también la nota a España, con lo que fue la primera de las tres grandes agencias que lo hacía desde 2015. Asimismo, la S&P ha elevado su previsión de crecimiento para 2018 al 2,7 % frente al 2,6 % que calculaba en noviembre pasado.

S&P señala que la perspectiva positiva del rating supone que podría mejorar la calificación española en el curso de los próximos 24 meses si el Gobierno logra una mayor consolidación de las cuentas públicas de lo que espera actualmente. Asimismo, la agencia prestará atención a la influencia de la política monetaria del BCE en las condiciones de crédito del país, así como a la evolución de la banca española y apunta que "una relajación adicional de las tensiones en Cataluña también respaldaría una mejora".

Reacción del Gobierno

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha achacado a la "confianza" que genera España la mejora de la nota de calificación crediticia de la deuda de España realizada por la agencia de calificación de riesgo Standard & Poor's (S&P), que ayer elevó la nota de España un escalón, desde BBB+ a A-.

"Es una buena noticia que S&P haya revisado al alza la calificación de España. Somos un país serio, que cumple con sus compromisos y que genera confianza. Gracias a todos los españoles. Sigamos perseverando", ha escrito hoy Rajoy en su cuenta personal de la red social Twitter.

La agencia mejoró la calificación española de aprobado alto a notable bajo tras constatar el efecto limitado que sobre la economía han tenido las tensiones políticas en Cataluña. Además, sitúa a España en perspectiva positiva, lo que deja la puerta abierta a adicionales subidas de nota en los próximos 24 meses si España rebaja del déficit público y la incertidumbre asociada a Cataluña sigue remitiendo. S&P ha seguido los pasos de la agencia Fitch, que en enero subió también la nota a España, con lo que fue la primera de las tres grandes agencias que lo hacía desde 2015.