La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha defendido este lunes que el anteproyecto de Ley para corregir el dividendo que reciben las centrales no emisoras como consecuencia de los costes del CO2 y reducir la factura de la luz debe contar con la participación de todos los grupos parlamentarios. 

Ribera ha señalado que aunque la posición que defiende su socio de Gobierno - Unidas Podemos- es que cuanto antes esté en vigor el proyecto, "mejor", consideran que "dada la envergadura de las modificaciones" que se introducen "es correcto que todos los grupos parlamentarios se pronuncien al respecto" y se haga una tramitación "normal" en el Congreso, donde confía, se le de luz verde al anteproyecto cuanto antes. 

Fue el pasado mes de junio cuando el Consejo de Ministros acordó la tramitación del anteproyecto de Ley y aprobó este mes de agosto su remisión al Congreso de los Diputados como proyecto de Ley para culminar su tramitación.

En el mismo, se especifica que lo recaudado por la minoración se destinará, en un 90%, a financiar los costes regulados relativos a las energías renovables. El 10% restante se destinará a financiar las políticas de lucha contra la pobreza energética mediante transferencias a las administraciones públicas para atender el suministro de los consumidores vulnerables severos en riesgo de exclusión social. Este mecanismo permite reducir los precios finales de la factura eléctrica alrededor de un 4,8% para los consumidores domésticos y de un 1,5% para la gran industria. Además permite financiar el 50% de la factura de más de 350.000 hogares vulnerables severos en riesgo de exclusión social. 

La ministra ha recordado también este lunes que, el hecho de que el precio de la luz esté muy por encima del precio del año pasado se debe a que entonces hubo menor demanda. Una explicación extraña teniendo en cuenta que entonces las políticas de restricción a la movilidad y confinamiento eran mucho más severas a las actuales debido a la crisis sanitaria y por ende el consumo del suministro eléctrico doméstico era mayor.