La pequeña y media empresa no cesa de verse vapuleada por las inclemencias sanitarias y climáticas de este último periodo, a lo que se suman los conflictos en cuanto a la gestión de las crisis económica entre Gobierno y la patronal. Lo cierto, es que quienes salen perdiendo en todo este asunto farragoso y burocrático suelen ser los mismos de siempre, los pequeños negocios, asfixiados y sin capacidad para remontar la temporada de invierno.

En este contexto de pandemia, el año ha concluido con más paro y menos empresas. Es decir, “750.000 personas tienen su empleo suspendido o en ERTE, hay 350.000 autónomos que están compatibilizando la actividad con la prestación por cese de actividad. Son mecanismos que han evitado una destrucción mayor. Nos espera un primer trimestre -2021- muy complicado, con una tercera ola que tenemos ya aquí”, explica Lorenzo Amor, presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA).

De hecho, en la recta final 2020 se registró un aumento mensual de 36.825 desempleados (0,9 por ciento), el peor dato en un mes de diciembre desde 2009. Una cifra que, además, no tiene en cuenta a los trabajadores que se encuentran en suspensión de empleo o reducción horaria. Por lo tanto, cabe preguntarse ¿qué nos depara 2021?

De momento, el temporal que arrasa España, Filomena, ha impactado sobre el comercio en una de las épocas en las que se registra hasta el 10 por ciento de las ventas anuales: la de las rebajas. La cuesta de enero, que pareciera el ascenso al Everest para muchos pequeños empresarios afectados por las nevadas y debilitados por los rebrotes del Covid 19, ha sido la puntilla a una campaña navideña más floja de lo habitual. De hecho, en el primer fin de semana de rebajas el comercio se estima que el comercio haya perdido más de 3.000 millones de euros y desde algunas asociaciones como la Asociación Empresarial del Comercio Textil, Complemento y Piel (Acotex), ya auguran que el paso de la borrasca puede suponer pérdidas de hasta el 40 por ciento en comparación con la temporada pasada. Por ello, los comerciantes se han dispuesto a limpiar los accesos de los negocios para evitar accidentes entre los clientes y facilitar el trabajo a los funcionarios públicos.

Desde otras organizaciones, como UATAE se insiste en situar al pequeño comercio en el  epicentro económico. Según María José Landaburu, Secretaria General de UATAE, “la defensa del pequeño comercio es de vital importancia para el conjunto de la sociedad, ya que genera movimiento en los barrios y favorece a la eliminación de la delincuencia, contribuyendo con los negocios abiertos a la seguridad en las calles al mantener las vías completamente iluminadas durante el día y la noche”.

La bajada de las ventas durante las rebajas puede derivar en una tendencia negativa en las contrataciones. Según UATAE, los últimos datos proporcionados por la Seguridad Social fue el del comercio con 11.019 autónomos menos.

El hándicap de los seguros

Mientras tanto, desde Europa ya se exige a nuestro país un mayor esfuerzo para conseguir salir de la crisis de acecha y reparar los desperfectos que ha dejado la gran nevada del siglo, que tienen una repercusión económica directa para los comerciantes como por ejemplo: la pérdida de beneficios, la paralización de los negocios o la problemática para conseguir ser indemnizados por los seguros que no suelen cubrir inclemencias climáticas.

En el caso concreto de Madrid, donde Filomena se ha hecho sentir con mayor agresividad, el Ayuntamiento solicitará mañana al Gobierno Central la declaración de zona catastrófica habiendo valorado previamente los daños que ya apuntan a cientos de millones de euros.