Amanecía este lunes con una noticia pésima para uno de los turoperadores pioneros, Thomas Cook. La empresa británica, creada por un empresario inglés del mismo nombre, ha entrado en suspensión de pagos después de que fracasaran las negociaciones con su principal accionista. La veterana compañía “cesará su actividad con efecto inmediato”. La firma que Thomas Cook creó hace dos siglos, próxima a su fin.

1841, Thomas Cook, un empresario inglés, ideó por primera vez un viaje organizado al fletar un tren con un grupo de personas con destino a un congreso antialcohol en Loughborough (Leicester). No obstante, esta pionera idea no le supuso un éxito económico, pero Cook vio negocio en esa actividad, por lo que se decidió a crear, Thomas Cook & Son.

Esta empresa se convertiría en la primera agencia de viajes de la historia de la humanidad, al igual que Thomas Cook es considerado el primer agente de viajes del mundo. Durante muchos años ha sido la firma elegida para desplazarse alrededor del mundo, aunque la suerte en la actualidad es bien distinta.

En 1851, Thomas Cook desarrolló un nuevo viaje. Esta vez, en lugar de 500 personas, organizó a nada más y nada menos que 165.000 con destino a la Exposición Universal de Londres y, cuatro años más tarde a la exposición de París.

Fue Thomas Cook el que puso en el punto de mira a Suiza por la naturaleza del país helvético para descansar y sus respectivos beneficios para la salud. Con el paso del tiempo, Thomas Cook & Son fue creciendo hasta que su dueño decidió trasladar la sede de Harborough a Londres.

Prácticamente una década después, Cook viajó a Estados Unidos con el fin de trasladar el turismo en la potencia emergente a través de la adquisición de los servicios de diferentes empresas ferroviarias. Tras esto, comenzó a abrir establecimientos en los núcleos estadounidenses con mayor abastecimiento.

A finales de la década de 1860, Cook se hizo con la exclusiva para la explotación del tráfico de pasajeros europeos a través de la ruta Harwich. Debido a esto, el empresario británico se desplazó a Holanda, Bélgica y Alemania para conseguir abastecimiento de servicios para el transporte con las diversas líneas ferroviarias de cada país.

Uno de los logros de mayor dimensión fue la obtención de la exclusiva para explotar la línea de Brenero a Bríndisi. En el conflicto franco-prusiano, esta línea sólo se abrió para la empresa de Thomas Cook, quien estableció, también, un sistema de pago con cupones concertados con hoteles bautizados como vouchers.

Una trayectoria que se ha imitado a lo largo y ancho del globo, dando pie a la creación de infinidad de empresas dedicadas a la organización de viajes y a la intermediación con servicios de hotel y transporte. Una marca que jamás se borrará, aunque la empresa que fundó está a punto de perder la vida.