A partir de 2025, se eliminará el apoyo financiero público para la compra de calderas de gas en la Unión Europea. Esto supone el fin de los incentivos dentro del programa “Czyste Powietrze”, con la única excepción de los sistemas híbridos, que combinan una caldera de gas con fuentes de energía renovables y en los que el gas se utilizará solo en momentos de alta demanda térmica.

Para 2030, todos los edificios de nueva construcción en la UE deberán cumplir con el estándar de cero emisiones. En la práctica, esto significa que no se podrán instalar sistemas de calefacción que usen combustibles fósiles, incluyendo el gas natural.

El cambio más significativo llegará en 2040, cuando todas las calderas de gas deberán ser reemplazadas por fuentes de calefacción alternativas. Esta medida responde a la directiva de la UE sobre eficiencia energética en edificios, cuyo objetivo es la eliminación total de emisiones de CO2 en el sector residencial.

En 2027, entrará en vigor el sistema de comercio de emisiones EU ETS 2. Aunque no se aplicarán cargos directamente a los consumidores, es probable que los proveedores de combustibles fósiles trasladen los costos adicionales a los usuarios, lo que provocará un aumento en el precio del gas.

Estos cambios forman parte del plan Fit for 55, cuyo objetivo es reducir las emisiones de CO2 en al menos un 55 % para 2030 en comparación con los niveles de 1990. La meta final es alcanzar la neutralidad climática en 2050.

Recomendaciones para los hogares

El gobierno polaco está negociando un aplazamiento de tres años en la implementación del sistema ETS 2 para reducir el impacto económico en los ciudadanos. No obstante, los expertos recomiendan que los propietarios de viviendas empiecen a planificar desde ahora la transición a sistemas de calefacción más sostenibles.

Las nuevas regulaciones afectan especialmente a quienes cambiaron recientemente sus calderas de carbón por gas gracias a incentivos gubernamentales. Ahora deberán realizar una nueva inversión para adoptar tecnologías sin emisiones.

Los expertos sugieren que, al instalar nuevos sistemas de calefacción, se prioricen opciones compatibles con las regulaciones futuras. Se recomienda especialmente el uso de sistemas híbridos, que combinan fuentes renovables y pueden seguir accediendo a ayudas financieras.