El aumento de los precios del gas derivados de la guerra energética de Putin ha supuesto 3,4 puntos porcentuales de la inflación total española observada en agosto, según el Banco de España. Un IPC que ascendió hasta el 10,5%.

Desde el organismo bancario apuntan que el encarecimiento del gas también ha afectado a la inflación registrada en la eurozona durante agosto que se situó en el 9,1%. Asimismo, destaca que las "tensiones en los mercados mayoristas de gas natural", que se han intensificado tras el conflicto en Ucrania, "han condicionado sensiblemente el devenir tanto de la economía española" así como el de la eurozona.

"Estas tensiones se han visto reflejadas, especialmente, en una extraordinaria escalada de los precios mayoristas del gas, que se han duplicado desde enero de 2022 y multiplicado por nueve desde principios de 2021", añade el informe del Banco de España. El análisis realizado hace hincapié en que el encarecimiento del gas natural puede trasladarse a los precios del consumo de forma directa o indirecta.

Los efectos directos se derivan del aumento de los precios que los consumidores afrontan en su consumo de gas en el hogar, mientras que los indirectos se asocian al encarecimiento de los productos que utilizan el gas natural en sus procesos productivos o cuyo precio está muy influido por el de esta materia prima.

Así, la publicación resalta que el precio mayorista del gas natural "influye muy especialmente en la determinación de los precios mayoristas de la electricidad", los cuales acaban trasladándose a las facturas de empresas y consumidores.

No obstante, en el artículo se advierte de que "algunos aspectos específicos de la coyuntura actual podrían provocar que los efectos de un encarecimiento del gas sobre la inflación tuvieran, en estos momentos, una intensidad diferente de la estimada según las relaciones históricas observadas".

Así, el impacto podría ser inferior a las estimaciones debido a que en algunas jurisdicciones, como la española, se han introducido medidas fiscales "muy significativas" en términos históricos para limitar el alza de los precios de consumo o se han modificado ciertos "aspectos regulatorios clave" para reducir la vinculación entre los precios del gas y los de la electricidad.

Por otro lado, los efectos podrían ser mayores "debido a posibles no linealidades derivadas de la magnitud y la persistencia del actual repunte de los precios del gas, sin precedentes en la historia reciente". Por ello, los analistas del Banco de España advierten que las estimaciones realizadas no deben tomarse como una "previsión de futuro" de la evolución de los precios del gas o de la inflación.