Tres bloques con 200 inquilinos, entre ellos muchos niños, se enfrentan a un desahucio próximo a manos de un fondo buitre. Una mujer con un 57% de discapacidad y un hijo de cuatro años será desalojada próximamente por una empresa israelí. Esta es la realidad de la vivienda en Madrid, esta misma semana. Sin embargo, Carlos Izquierdo, concejal del Ayuntamiento y portavoz del Grupo Municipal del Partido Popular considera una buena noticia que el valor de la vivienda y el precio de los alquileres se dispare en barrios obreros como Carabanchel.

El propio edil del equipo de José Luis Martínez-Almeida, alcalde de la capital, lo ha expresado a través de sus redes sociales. “Hace días los portales inmobiliarios señalaban que Carabanchel es el distrito en el que más sube el precio de la vivienda. Ahora también el precio del alquiler”, introducía el político conservadore referenciando una noticia. Esto, lejos de parecerle una mala noticia, es “sin duda”, algo que celebrar porque “Carabanchel es un distrito cada vez más atractivo para vivir”.

La afirmación es aún más sorprendente teniendo en cuenta que Izquierdo es el concejal presidente del distrito de Carabanchel. Casi un cuarto de millón de vecinos vive el distrito sureño de Madrid, 240.000 personas trabajadoras que contemplan con resignación y enfado los intentos por gentrificar su barrio. Un escenario que resulta “atractivo” al concejal del PP. La estrategia es conocida y es la misma que se ha seguido en barrios como Lavapiés. “Carabanchel, el tercer mejor barrio del mundo en 2023”, aireaba hace unos meses una web para dar aire a los discursos neoliberales.

Madrid cuenta con 22 distritos y la realidad es que Carabanchel ocupa el puesto 19 en nivel de renta, cuarto por la cola. Tan solo Villaverde, Puente de Vallecas y Usera son más pobres, según los datos del Atlas de Distribución de Renta de los Hogares referentes al año 2021 (último periodo disponible) y publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a finales de 2023. La renta neta anual media de un vecino de Carabanchel es 12.275 euros, lo que significa que cuenta con unos ingresos después de impuestos de 1.023 euros al mes.  

Sin embargo, el precio del alquiler se ha disparado un 19,6% en Carabanchel en el primer mes de 2024, según los datos del portal inmobiliario Fotocasa. El coste medio del metro cuadrado en el barrio obrero se sitúa en ellos 15 euros y el valor medio del inmueble en ellos 1.090 euros, cuantía que se ubica por encima de la renta media que el INE registraba en 2021. El precio medio de un estudio o piso de una habitación asciende a los 857 euros, pasando a los 1.004 con dos habitaciones, 1.271 con tres y 1.278 con más.

“Cada más atractivo para vivir” es, según el concejal del PP que preside el distrito de Carabanchel, que el precio medio del alquiler de un piso de 80 metros cuadrados ascienda hasta los 1.200 euros al mes, por encima de la cuantía del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en 14 pagas. Los barrios obreros y sus vecinos no importan al Gobierno de Almeida, para quien es una buena noticia que los alquileres se disparen, posibilitando el desalojo de sus vecinos e incentivando la especulación inmobiliaria.

“El nuevo barrio cool de Madrid, equiparable a Malasaña o a Chueca, que ha sido posible gracias al reemplazo de la población por personas con mayor poder adquisitivo, entre los que se encuentran profesionales liberales con fuertes intereses culturales”, reza el anuncio de una inmobiliaria que busca dar salida a un piso de Lavapiés. Las próximas víctimas de especuladores son Carabanchel, Aluche, Villaverde y cualquier otro barrio que poder gentrificar y del que expulsar a sus vecinos, aupados por el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid que, cansados de mirar para otro lado, ahora son colaboradores directos.

Lluvia de críticas

Como no podía ser de otra manera, las críticas a Izquierdo se han agolpado. “Cuando os preguntéis por qué en Madrid es tan difícil acceder a una vivienda, aquí tenéis la explicación: no hacen políticas para los habitantes, sino para los inversores cuyo objetivo es crear valor privado”, denunciaba Roberto Sotomayor, quien fuera candidato de Podemos a la alcaldía. “Para los que vivimos en Carabanchel del alquiler no son buenas noticias, ni para los que pensaban comprarse un piso. El mensaje que nos lanzas es de inseguridad y miedo a tener que irnos del barrio cuando toque renovar el alquiler”, añadía su excompañera de la Comunidad, Carolina Alonso.

Algunas ya venimos expulsadas de otras zonas”, zanja la que fuera militante de la formación morada. Muchos más son los nombres, conocidos y anónimos, los que han levantado la voz contra las palabras del concejal de Almeida. Carabanchel está bajo aviso y los sindicatos de la vivienda como el que trabaja diariamente en el barrio para combatir desahucios y contener la gentrificación, en defensa de una vivienda pública, gratuita y de calidad, son el único dique de contención contra las políticas neoliberales destinadas a machacar a la clase trabajadora y aupar a los fondos buitre.