Apenas un día después de anunciarse como presidente electo de los Estados Unidos, Joe Biden, anuncia que trabajará para frenar el avance del Covid 19 e inmunizar al país en materia económica. Los contagios se han vuelto a disparar tras los comicios con más de 120.000 casos al día y las muertes superan las 237.000 defunciones. Un desastre en lo que respecta a la gestión sanitaria.

Es por lo tanto que la agenda social se ha convertido en prioridad para Biden, que durante la campaña electoral anunció una subida de impuestos a las grandes fortunas; un cambio productivo hacia infraestructuras tecnológicas y renovables y un plan económico de 700.000 millones de dólares, es decir, 587.000 millones de euros, destinado a impulsar la manufactura estadounidense, entre otras medidas.

La pandemia ha puesto en jaque a la economía estadounidense y en duda a la gestión del republicano Donald Trump, que durante meses ha ignorado los efectos de la pandemia sobre la salud de los ciudadanos y los mercados. Esta reacción de pasividad ante el virus ha propiciado el fin de la expansión económica más larga de la historia del país y el aumento del desempleo. Motivos por los cuales la sociedad ha dado la espalda al businessman.

El alivio de los inversores

En materia económica, las bolsas se han despertado en verde, impulsadas por la victoria de Joe Biden. Sin duda, la incertidumbre era el veneno que asfixiaba a los inversores que por fin, respiran aliviados al esclarecerse el triunfo demócrata como legítimo.

A pesar de que el actual presidente, Donald Trump, se niega a aceptar la derrota y asegura que acudirá al Tribunal Supremo para litigar en contra del recuento del voto por correo, - el 8 de diciembre finaliza el plazo para resolver disputas sobre recuento de votos y confirmar al ganador- sin embargo, sus protestas a modo de llanto, vía Twitter, pierden relevancia con el paso de las horas y desde Wall Street se despejan todas las dudas: Biden será investido presidente de los Estados Unidos el próximo 20 de enero, fecha que se señala en la Constitución estadounidense para la ceremonia de investidura frente al Capitolio.

En el resto del mundo, la ola azul, baña de positivismo las cifras. Los valores que cotizan en el parqué han recibido con los brazos abiertos al que se proyecta como nuevo inquilino de la Casa Blanca, especialmente aquellos relacionados con el sector de las renovables, que han cobrado especial importancia durante la campaña demócrata.

En concreto, en España, el Ibex 35 se ha disparado en un 9 por ciento. A primera hora de la tarde se situaba en los 7.500 puntos, cifras que no se alcanzaban desde que en el mes de julio el rebrote del Covid 19 comenzara a golpear las estructuras económicas de los países europeos.

Sin duda, esta tendencia alcista se ha visto beneficiada también por la inyección de euforia que han propiciado los laboratorios farmaceúticos Pfizer y BioNTech, que aseguran estar cerca de la vacuna contra el Covid 19 con un 90 por ciento de efectividad sobre el virus. En concreto, la noticia ha supuesto un alivio para los valores ligados al turismo, que subían con fuerza a media sesión, tras anunciarse el progreso en el desarrollo de la vacuna.

Por otro lado, en Asia, la sesión ha estado marcada por los valores positivos. De hecho, en la Bolsa de Tokio, el Nikkei, ha marcado su mejore cierre en 30 años. En Asia se celebra la victoria demócrata como propia ya que el ‘adiós’ a Donald Trump rebajará notablemente el tono hostil en el contexto de la guerra comercial que mantiene Estados Unidos y el gigante asiático, China. Ejemplo de ello es que el sector tecnológico es uno de los más beneficiados por este resultado: el Nasdaq 100 que se ha disparado en un 2,50 por ciento tras la victoria de Biden subía hoy un 1,27 por ciento, es decir, 150,92 puntos.

Por su parte, el Dow Jones, el principal indicador de Wall Street se ha disparado este lunes en un 5,63 por ciento, su mayor indicador al inicio de una jornada en meses. Chevron, American Express y Walt Disney han sido las grandes beneficiadas de esta apertura, entre otras cotizadas. Por otro lado, el S&P 500 ascendía en un 3,63 por ciento. El índice ha experimentado su mejor semana electoral desde el año 1932, afianzada en los buenos resultados que han presentado el 89 por ciento de sus empresas en este tercer trimestre, que se han situado por encima de las previsiones.