La Navidad es la época por excelencia para dar y recibir regalos a familiares, amigos o simplemente a uno mismo. Tanto Papa Noel como los Reyes Magos reciben miles de cartas en estas fechas con peticiones de mayores y pequeños sobre una gran variedad de regalos, que van desde juguetes a tecnología, ropa o cosméticos.

Sin embargo, una nueva tendencia que va más allá de recibir regalos en días claves como el 25 de diciembre, Día de Navidad, o el 6 de enero, Día de Reyes, ha aparecido en nuestra sociedad para asentarse paulatinamente.

Se trata de la celebración del Adviento más allá del significado religioso. Para la religión cristiana, el Adviento comienza el domingo más cercano al 30 de noviembre y termina el 24 de diciembre con el fin de ser un tiempo de preparación dedicado a la reflexión, penitencia y oración para recibir a Jesús la noche de Nochebuena.

La sociedad ha adaptado este periodo de preparación a los nuevos tiempos, cada vez con menos adeptos a la religión. A día de hoy es más típico comprar calendarios de Adviento a finales de noviembre para prepararse para la Navidad que celebrar la fiesta desde el punto de vista religioso.

Calendarios de Adviento de todo tipo

Las marcas se han puesto las pilas y han lanzado calendarios de todo tipo. Desde los más baratos que se venden en supermercados habituales, con pequeñas chocolatinas para abrir el día correspondiente y disfrutar de una pieza de chocolate diaria, hasta calendarios de marcas de lujo como el que ha diseñado Dior, que incluye una pequeña joya para descubrir desde el 1 hasta el 24 de diciembre.

Chocolatinas, productos de series y películas como Frozen, bisutería, cosméticos o incluso joyas de lujo son algunas de las sorpresas más habituales que se esconden en los calendarios de Adviento, cada vez más habituales entre los españoles. La “preparación” de la que habla la religión cristiana se ha convertido en una preparación para los regalos de Navidad.

En esta línea, los influencers no iban a ser menos y también se han sumado a la moda de los calendarios de Adviento, abriendo una casilla al día para descubrir a sus seguidores cuál es el premio correspondiente. Pero algunos van incluso más allá del simple hecho de grabarse abriendo una casilla y crean su propio calendario de Adviento de forma audiovisual.

El ejemplo más claro es el de Paula Gonu, con 1,6 millones de seguidores en Youtube y 1,9 millones en Instagram y una marca de ropa propia. Desde el 1 de diciembre y hasta el día 24, la influencer sube un video diario a Youtube en lo que ha llamado ‘Adviento PG’ de temática variada, desde recetas de comida hasta explicar su rutina diaria.

Más allá del vínculo que la influencer pretende crear con sus seguidores haciendo esto, el verdadero fin del video es sortear premios en metálico o en especie cada día entre sus followers. Así, al principio del video Paula Gonu explica las condiciones del sorteo.

En los primeros videos los sorteos incluyen vales de ropa en tiendas como Asos, prendas de su colección propia, un lote de cosméticos o incluso una colaboración con EFE España para estudiar idiomas en cualquier lugar del mundo. Además, la influencer promete viajes y productos tecnológicos para los siguientes días de diciembre.

¿Cómo tributan los influencers?

Está claro que los influencers se han convertido en una parte clave, casi imprescindible, para la promoción de marcas y en última instancia, para la economía española. Por ese motivo, la legislación española se ha actualizado con el nuevo Código de Conducta elaborado entre Anunciantes y Autocontrol para regular este sector y su tributación a Hacienda.

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Así, por cada regalo que el influencer reciba de una determinada marca tiene que pagar a Hacienda el 10% de su valor, siempre que sea superior a 300 euros, ya sea en metálico o según el valor de los productos. En este caso, Víctor Guerra, director general de Brandominus, asegura que ese porcentaje puede pagarlo el influencer o también puede hacerlo la marca, siendo esta última una práctica habitual en el sector.

Si lo paga el influencer sería un rendimiento en especie incluido en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRFP) ya que son considerados como autónomos. Sin embargo, si la retención del 10% la hiciera la marca que hace el regalo, se entendería como un gasto del Impuesto de Sociedades.

Esto es lo que sucede en el caso de que la marca ofrezca un producto al influencer para promocionarlo en sus redes sociales. La duda surge cuándo sortea este u otro producto entre sus seguidores, tal y como ocurre en el Adviento de Paula Gonu.

¿Debo tributar por un regalo que sortea un influencer?

En este caso hay que diferenciar entre un concurso, en el que el ganador lo es por algún mérito, o un simple sorteo, es decir, un juego de azar aleatorio que puede ganar cualquiera de los seguidores que cumplan los requisitos. Habitualmente, los requisitos pasan por seguir al perfil, dar like, suscribirse al canal de Youtube o seguir a la marca en cuestión en redes sociales.

En la misma línea, si los premios son inferiores a 300 euros ni la marca, ni el influencer, ni el ganador del sorteo tendrá que declarar el regalo a Hacienda. Es decir, si ganas un vale de 200 euros para gastar en Asos, no tendrás que devolver ningún porcentaje a Hacienda en el momento de hacer la Declaración de la Renta el año que viene.

Sin embargo, si el premio supera los 300 euros, ya sea en metálico o a través de vales regalo, el ganador sí que tendría que declararlo como un premio vinculado a juegos de azar, similar a la lotería. Y, de igual forma que sucede en la relación marca-influencer, se produciría una retención del 10%.

Esta es la realidad de los sorteos que los influencers realizan en ciertas épocas del año y, especialmente en fechas navideñas. Por eso es importante conocer esta realidad y mantenerse alerta para evitar problemas económicos posteriores.