Las acciones de Telefónica remontaron ayer con alzas del 1,21%, hasta 7,77 euros por acción, liderando las subidas del IBEX en 2019 y confirmando las buenas perspectivas expresadas ayer por su equipo directivo en la presentación de resultados. 

Lo que hace tres años podían parecer avatares transitorios ahora es una tendencia. La presidencia de José María Álvarez-Pallete ha logrado que Telefónica, el histórico gigante español de telecomunicaciones crezca con solidez en un entorno sujeto a grandes cambios. Además, la empresa crece de nuevo en España y sigue con una firme reducción de deuda, de la que se han amortizado más de 12.000 millones desde que Álvarez-Pallete llegase a la presidencia, en un momento delicado, en el que los ingresos de la empresa se habían reducido en 5.000 millones en los tres últimos ejercicios. La cifra de negocios había pasado de los 57.000 millones de 2013 a los 52.000 millones existentes cuando Álvarez-Pallete llegó a la presidencia.  

Sin embargo, en el día de ayer las cuentas de la empresa reflejaron 4 años de crecimiento sostenido sin despidos masivos, con dividendos de 0,40€ por acción pese a no ser del agrado de las compañías de "rating" y amortizando deuda sin desmantelar la empresa, otro curso de acción que se recomienda -y ejecuta- con demasiada frecuencia en el ecosistema empresarial español. 

Pese a la venta reciente de sus filiales en Guatemala y El Salvador, Álvarez-Pallete ha desmentido que ello forme parte de un plan de desinversiones pensadas sólo para amortizar deuda. La prioridad es reducirla a través de la generación de caja y las desinversiones sólo se harán "si tienen sentido financiero". Vender por vender supondría "destruir valor", precisa Álvarez-Pallete, lo que iría justo en la dirección contraria de los objetivos de la compañía. El tamaño de Telefónica le hace ser "perfectamente competitiva en la actualidad y la empresa quiere centrarse en la mejora de sus activos, no en desprenderse de ellos. Telefónica ha bajado su deuda de 2016 de 52.200 millones hasta los 40.400 millones de este año, lo que supone, a jucio de Álvarez-Pallete la prueba de que es mejor generar valor y optimizar el funcionamiento de sus activos que desprenderse de ellos. Y ha recordado las críticas que hubo a la adquisición de la operadora británica O2. "En tres años hemos bajado la deuda como si hubiéramos vendido el Reino Unido y éste sigue siendo uno de los primeros generadores de caja".