La guerra interna en el PP vive un momento álgido, con la Agencia Tributaria como campo de batalla. Sin saber a ciencia cierta de dónde surgen las informaciones que se han conocido en los últimos meses sobre algunos cargos o ex dirigentes 'populares', parece que se trata de una verdadera carnicería política por intereses personales y de poder.

En palabras de José María Mollinedo, secretario general de Gestha (Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda), “a nadie le gusta que salgan papeles que no deberían darse a conocer a los medios”. Esto le ha ocurrido al expresidente del Gobierno, José María Aznar, quien además siempre se ha venido caracterizando por dar consejos investidos de un halo de autoridad que “hace aguas en el momento en que incumples las normas legales y te sancionan por una infracción tributaria grave”.

El 'ataque' a Aznar, unido a la filtración de la declaración de la renta de Esperanza Aguirre justo antes de las elecciones, o los datos de las dietas de Margallo cuando era eurodiputado, sin olvidar la publicidad de la adhesión de Rato a la amnistía fiscal un día antes de su arresto y registro domiciliario, pueden ser fruto de la casualidad. Sin embargo, en todos ellos hay dos elementos comunes. El primero, que sus protagonistas son o han sido miembros con mando en plaza en el Partido Popular. El segundo, que se produce en una legislatura con los 'populares' gobernando.

Dos clanes en el PP

Incluso, teniendo en cuenta estos factores, la casualidad podría jugar su papel. No obstante Mollinedo pone sobre la mesa un elemento a tener en cuenta. Este tipo de filtraciones no surgen de los funcionarios de la agencia sino que vienen de “la más alta dirección”, y va más allá al señalar que “existe un catálogo de filtraciones que, curiosamente, se refieren al otro núcleo -dentro del PP- que no es de la cuerda de la vicepresidenta y del ministro de Hacienda”.

La afirmación arroja luz al asunto y, a su vez, leña al fuego interno que, a la vista de los acontecimientos, se aviva más en la calle Génova.

Aznar da en el clavo

Sin restar cierto “postureo”, como reconoce el secretario general de Gestha, al gesto de presentar una querella contra la Agencia Tributaria por la filtración de sus datos, José María Aznar parece haber dado en el clavo. Así lo demuestran las últimas noticias conocidas que recogen su enfado con miembros de su partido por las filtraciones interesadas de 'ataques amigos'. La denuncia presentada para conocer quién o quiénes han dado a conocer la inspección abierta contra él y la posterior sanción, no tendrá recorrido.

Funcionarios muy fiscalizados

Tal y como indica a ELPLURAL.COM José María Mollinedo, los trabajadores de la Agencia “están muy tranquilos”. Ese tipo de filtración “no surge a nivel de plantilla ya que estamos sometidos a un sistema de control de acceso a la información muy riguroso”. El mismo permite saber a qué contribuyentes ha accedido el funcionario, qué datos concretos ha visto e, incluso, el tiempo que le ha dedicado.

Siendo conscientes de esta forma de trabajar en el seno de Hacienda, cabe apuntar a la hora de buscar a los responsables de las filtraciones a lo más alto de la cadena de mando, es decir, “a muy alto nivel”, según señala.

Precedentes que delatan

Por si existieran dudas, Cristóbal Montoro parece que ha ido dando muestras de todo esto. En palabras de Mollinedo, el ministro “ha alentado este tipo de conjeturas, incluso desde la tribuna del Congreso de los Diputados". En sede parlamentaria "ha alardeado de conocer los problemas fiscales que pueda tener cualquiera que él considere adversario", en referencia a las alusiones del titular ministerial a tertulianos, medios de comunicación, actores, otros partidos políticos, diputados de la oposición.

Todo esto no es concebible y podría, incluso, rozar la ilegalidad puesto que, como recuerda el responsable de Gestha, "el artículo 95 de la Ley Tributaria dice que la información sobre los contribuyentes es confidencial y sólo puede acceder a ella el funcionario por razones de trabajo".