Gas Natural Fenosa ha invertido 60 millones de euros en el impulso de un proyecto de restauración de la antigua mina de Meirama, ahora, un lago que se ha erigido como una de las principales reservas hídricas y de biodiversidad de Galicia. La explotación de la mina, situada en el municipio de Cerceda (A Coruña), se inició en 1980 y concluyó en enero de 2008, tras un ininterrumpido periodo de explotación de 27 años suministrando lignito a la central térmica de Meirama, ubicada en un área anexa a la mina.

La compañía, tras el cese de la actividad, llevó a cabo una rehabilitación ambiental de la antigua mina, que comprende una superficie de 1.000 hectáreas y la creación de un lago artificial de 2,2 kilómetros de longitud y un kilómetro de anchura. El lago fue llenado en la primavera de 2016 con 150 hm cúbicos de agua.

Jordi Delgado Martín, profesor de la Universidad de A Coruña que ha dirigido un grupo de investigadores que han realizado el estudio y control de la calidad del agua del Lago Meirama, afirma que “el llenado del lago fue poco a poco, comenzó en el año 2008 y duró hasta abril de 2016. Y ahora está vertiendo aguas a los ríos, como un sistema plenamente integrado”.

Y es que, Gas Natural Fenosa ha llevado a cabo un riguroso y detallado estudio de la calidad de las aguas. En concreto, se han registrado más de 300.000 datos sobre la evolución físico-química del lago. Y la calidad es tal que se ha convertido en una de las principales reservas hídricas y de biodiversidad de Galicia.

El profesor Delgado insiste en que “antes de comenzar el llenado, se hizo un estudio prospectivo para analizar qué calidad podría tener el lago. Asimismo, a medida que se iba llenando, se tomaron muchas muestras (más de 2.000), que han dado lugar a más de 95.000 determinaciones de parámetros químicos, lo cual nos da una evolución muy clara de cuál ha sido la calidad del agua en el pasado y cuál será en el futuro”.

De hecho, la rehabilitación ambiental ha generado un espacio propicio para el desarrollo de la biodiversidad. Gas Natural Fenosa ha plantado más de 450.000 árboles, y casi 840 especies vegetales y animales han sido identificadas, algunas de ellas de especial valor de conservación. Todas las especies animales, y buena parte de las vegetales, han repoblado la zona de forma natural, sin que haya mediado la acción humana. La conservación de este espacio natural que se está regenerando, propiciará la presencia de especies de mayor valor de conservación, que harán de este hábitat un lugar propicio para el estudio y la divulgación de los valores naturales, contribuyendo al mismo tiempo a un desarrollo cultural y patrimonial de la zona en que se asienta.

Así, Meirama es el primer caso del mundo de un lago de estas características que será usado para abastecer a grandes poblaciones sin mediar un tratamiento intensivo para uso de las aguas.

Por su parte, Roberto González Philippon, subdirector de Operaciones de Recursos Naturales de Gas Natural Fenosa afirma que “los bosques de este espacio antes eran antiguas escombreras. Es decir, el estéril que se sacaba de la mina, se vertía allí, se acondicionaba, se perfilaba, se echaba tierra vegetal y ahora se encuentra en la situación actual. Si te dicen que el espacio era antes una mina, posiblemente no lo creas”.