La fecha límite es el 2 de agosto. Pero las negociaciones no avanzan. Demócratas y republicanos en Estados Unidos están siendo incapaces de llegar a un acuerdo que eleve el techo de gasto de este ejercicio fiscal. Las exigencias del presidente, Barack Obama, están cayendo en el vacío. A pesar de ello, el gobierno federal aún confía en un acuerdo que permita al Tesoro tener fondos suficientes para no declararse en suspensión de pagos en dos semanas.

El papel del Tea Party
En las desavenencias, el movimiento ultra conservador Tea Party, está jugando un papel importante y hay quien dice que ha capturado al Partido Republicano en el Congreso. Varios activistas del Tea Party ven el acoso a la administración de Obama como su mejor baza.

Un movimiento sin líderes
El Tea Party es un movimiento extraño. No tiene líderes, sólo favoritos como Eric Cantor, el republicano número dos en la Cámara de Representantes, y Michele Bachmann, la representante de Minnesota. No tiene políticas reales, sólo una rabia desmesurada contra el Gobierno. Participó en la derrota de los demócratas en la cámara baja en 2010, aunque parece incapaz de un cálculo táctico, que le llevó a no aprovechar su oportunidad de ganar el control en el Senado. El problema es que Cantor ha superado por la derecha a su jefe, John Boehmer, y se está apoyando en las tesis del Tea Party.

Sin posibilidad realista de acuerdo
Elevar el límite de deuda sin elevar el déficit público, que supera los 1,086 billones de dólares, es la clave. En este momento no hay una posibilidad realista de un acuerdo para reducir el déficit de forma sustantiva, puesto que los republicanos quieren hacerlo sin subir los impuestos y los demócratas no aceptan tocar el gasto social sin aumentar las cargas fiscales de los más pudientes. Sin un acuerdo para la reducción del déficit, los republicanos se niegan a permitir que el Gobierno asuma la nueva deuda que necesita.

Negociaciones complicadas
Existen estos días contactos y conversaciones entre las fuerzas moderadas de ambos partidos para encontrar una salida. Por el momento, públicamente, todos los pasos anunciados para los próximos días agudizarán la tensión. Hoy, la Cámara de Representantes, de mayoría republicana, votará una enmienda constitucional para prohibir los presupuestos deficitarios. Es una medida que no tiene ninguna posibilidad de pasar en el Senado, controlado por los demócratas, que a su vez pretenden otra votación testimonial el miércoles para darle a Obama la autoridad para endeudarse. Esa votación no sería respaldada por la Cámara.

Recomendaciones de Moody's
La agencia de calificación Moody´s, que ha puesto en revisión, para bajarla, la calificación de la deuda, sugirió ayer que Estados Unidos debería eliminar el techo impuesto a la deuda exterior del país a fin de reducir la incertidumbre entre los tenedores de bonos. Moody's señala que EEUU es uno de los pocos países que limita su endeudamiento, lo que alimenta una "incertidumbre periódica" sobre la capacidad del país para cumplir con sus obligaciones. Las otras agencias también se han sumado a la presión. Standard & Poor's y Fitch colocarán bajo vigilancia la deuda soberana si no hay acuerdo. Y han advertido que un recorte del rating soberano podría trasladarse a algunas compañías nacionalizadas, como las entidades hipotecarias Fannie Mae o Freddie Mack.