El que fuera presidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa, se sentará junto al resto de su cúpula directiva en el banquillo de los acusados por ocho delitos relacionados con el maquillaje de las cuentas de la empresa que ocultaron pérdidas millonarias y acusados de haber estafado a los inversores y clientes. 

Así lo ha decidido el juez de la Audiencia Nacional encargado del caso, José de la Mata, tras una fase de instrucción del caso que empezó en 2013, año en el que Pescanova entró en concurso de acreedores.

El magistrado considera que existen indicios de los delitos de falseamiento de cuentas anuales, falseamiento de información económica y financiera, estafa, alzamiento de bienes o blanqueo de capitales, insolvencia punible, falsedad en documento mercantil, uso de información relevante e impedimento de la actuación del organismo superior.

En el auto figura que en total serán juzgadas por estos hechos 19 personas y 12 sociedades -entre ellas la propia Pescanova-, mientras que se archiva la causa para el que fuera por aquel entonces el secretario del consejo de administración, César Mata.

De la Mata también ha optado por abrir una pieza separada para investigar a la mujer de Fernández de Sousa, María Rosario Andrade, así como a dos de sus hijos por unas cuentas abiertas en una entidad bancaria de Andorra cuyos fondos no habían sido declarados ante la Hacienda española.