La energía fotovoltaica es una de las alternativas renovables a las energías tradicionales. A pesar de que todavía es una de las opciones en periodo de expansión, los expertos aseguran que será clave para el desarrollo del mundo rural. En ElPlural.com hablamos con José Donoso, director general de UNEF, la Unión Española Fotovoltaica

PREGUNTA: ¿Cómo valora la última subasta de renovables?

RESPUESTA: Para UNEF esta subasta ha sido una gran satisfacción por varias razones. Por un lado, pone de manifiesto el éxito del modelo elegido, por otro, destaca la competitividad de la energía fotovoltaica al lograr la adjudicación de 2.036 MW de los 3.034 MW subastados. El precio medio de la subasta de KW fotovoltaicos ha resultado de 24,47euros/MWh, una retribución garantizada y sostenibles para los próximos 12 años, lo que puede facilitar la financiación de las instalaciones que se han hecho un hueco en las subastas. Además, este precio es aproximadamente la mitad del precio de un año medio en España, lo que significa que el precio bajará gracias a la fotovoltaica.

Hay que resaltar también que no hubo concentración, 26 actores consiguieron adjudicarse potencia. El 70% de estas empresas son españolas y el 81% son empresas socias de UNEF, así que estamos muy satisfechos.

P: ¿Cómo cree que serán las próximas subastas?

R: Esperamos que sean similares a la recientemente celebrada, que como decimos ha sido muy satisfactoria. UNEF aboga por la celebración antes de que acabe el año de una subasta específica para proyectos pequeños, de menos de 10MW, en las que se ofrezca un 20% de la capacidad, 600MW, y otra únicamente para proyectos con almacenamiento.

Además, para que el precio se más representativo del coste real de las plantas nos gustaría que el período de derecho de cobro de la retribución garantizada se incrementara a un mínimo de 15 años.

P: ¿Cree que la energía fotovoltaica cuenta con el suficiente reconocimiento en España?

R: Es indudable el avance de la fotovoltaica, aunque aún queda trabajo para que la ciudadanía se familiarice con ella y la identifiquen por lo que realmente es, la forma más barata de producir energía y con el menor impacto en el medioambiente. Estamos en el principio de una nueva era en la que seremos la tecnología elegida por la ciudadanía y las empresas para liderar la transición energética. En el mundo rural la fotovoltaica supone una nueva forma de generar renta para los propietarios del suelo y también tiene un impacto positivo en toda la comunidad local a través de la recaudación de impuestos para el Ayuntamiento. De esta forma nuestro sector contribuye a la mejora de los servicios y la calidad de vida de la España rural.

P: ¿Qué porcentaje de la energía renovable corresponde a la fotovoltaica en España?

R: Hasta 2019, el peso de la energía fotovoltaica frente al resto de renovables ha venido oscilando anualmente entre casi un 8%, y cerca del 10%, según la hidraulicidad. Pero ya en 2020 podemos observar el cambio de tendencia debido a toda la potencia introducida en 2019 (4.202 MW), que casi dobló la que había instalada hasta ese año. Y la cifra de las primeras semanas del 21 es muy prometedora también, así que todo apunta a una consolidación de la tendencia alcista de este porcentaje.

P: ¿Están preparadas las empresas españolas para desarrollar energía fotovoltaica?

R: Por supuesto, ya lo están haciendo. Somos líderes en ingenierías y empresas especializadas en la construcción llave en mano. Dos de los diez mayores fabricantes mundiales de inversores y cinco de los diez mayores fabricantes de seguidores solares son españoles. Estas empresas sobrevivieron los años en los que carecíamos de demanda gracias a los mercados internacionales donde pudieron demostrar su competitividad. Tenemos prácticamente todos los ingredientes necesarios para hacer de España un hub fotovoltaico internacional.

P: ¿Considera que hace falta una mayor regulación para potenciar el papel de las empresas españolas en el sector?

R: El PNIEC calcula que en España se invertirán entre 20 y 25.000 millones de euros solo en energía fotovoltaica. Es una ocasión, que bien aprovechada, puede suponer el germen de una revolución industrial promovida por el sector FV.

Como decíamos, tenemos grandes empresas y profesionales. Lo que se necesita es continuidad y estabilidad. El modelo stop and go, o acelerón-frenazo, que hemos mantenido hasta ahora en España, es nefasto para la consolidación de cualquier sector industrial. Necesitamos que se mantenga una previsibilidad como establece el PNIEC para que las empresas puedan invertir en I+D y aumentar su capacidad productiva.

Nosotros presentamos al MITECO hace unos meses un plan industrial en el que establecíamos cinco ejes de actuación. Hay que fomentar la fusión y las alianzas entre empresas tecnológicas para incrementar su competitividad y asegurar su supervivencia futura, movilizar la inversión privada, fomentar la digitalización, implementar un programa de innovación de tecnologías limpias para mantener la ventaja competitiva del sector industrial fotovoltaico nacional y así generar posibilidades para que los centros tecnológicos se conviertan en centros de excelencia a nivel mundial. Hay que fomentar también la hibridación y el almacenamiento, impulsar la exportación y adoptar medidas de formación y capacitación para conseguir una transición justa.

P: ¿Ha afectado la crisis del coronavirus a la inversión extranjera en este tipo de energía?

R: Nuestro sector está abierto al mercado y ahora nos encontramos en un momento en el que hay abundante cantidad de dinero en el mercado, hay pocas opciones de trabajo y los inversores ven que el sector, con una tecnología segura, genera confianza. Resulta muy atractivo para invertir y hay bastantes actores interesados.

Este aspecto va a contribuir al hecho de que la transición energética se vaya a hacer no con dinero público, sino con inversores privados. Lo que va a contribuir a que los consumidores tengan una energía más barata.

P: ¿Cuánto recibirá la energía fotovoltaica de los fondos europeos para la transición ecológica?

R: Es muy pronto para aventurarse a dar una cifra.  Esperamos que sea una cantidad claramente importante para según las directrices marcadas por la Unión Europea este proceso sirva para acelerar la transición ecológica además de fomentar la recuperación económica.

En este sentido, el autoconsumo puede ser un buen instrumento que facilite la recuperación por su capilaridad para llegar a todo tipo de empresas y zonas geográficas. En UNEF estamos apoyando a nuestros socios, acompañándolos con el asesoramiento de nuestros expertos en diferentes áreas, pero habrá que esperar un poco para poder ser más concreto.

P: ¿Cómo afecta la energía fotovoltaica, y las energías renovables en general, a las variaciones en el precio de la luz?

R: No hay duda de que las subastas han demostrado que la fotovoltaica es la forma más productiva de producir electricidad. Tenemos una enorme ventaja competitiva al contar con un recurso de calidad y el territorio para desplegar nuestra tecnología, lo que nos ofrece la posibilidad de tener unos precios más competitivos que otros países de nuestro entorno. Vamos a hablar de relocalización de empresas, a dejar de hablar de deslocalización, y los consumidores van a poder disfrutar de una ventaja importante en los precios de la luz. Las energías renovables contribuyen a que el precio baje, eso no tiene ya discusión. Sólo hay que ver el precio salido en las subastas de alrededor de 24 euros, la mitad del precio de un año normal. Somos muy competitivos en precio y esa va a ser la tendencia para la próxima década.

P: ¿Cree que volveremos a ver las subidas históricas registradas en enero?

R: Las subidas de enero estaban en línea con las variaciones estacionales, en invierno se incrementa la demanda y cae la aportación de algunas renovables por lo que siempre será un evento recurrente. Sin embargo, este año lo más probable es que acabemos con un precio medio más bajo, eso es lo importante, bajará y será gracias a la fotovoltaica.

P: ¿Cuál es el futuro cercano de la energía fotovoltaica?

R: El futuro ya está aquí. Somos una energía limpia, barata y que mejora la calidad de vida rural. Además, desde nuestra asociación estamos trabajando para que tenga un impacto positivo también en la biodiversidad a través de nuestras directrices de sostenibilidad ambiental y la creación de un sello a la Excelencia en la sostenibilidad. Somos el nuevo paradigma, tenemos un futuro muy brillante por delante si se aprovecha bien la oportunidad.