El ministro español de Economía, Luis de Guindos. EFE

 

 


Desde hace 15 días los verdaderamente poderosos de este país, banqueros y grandes empresarios, han asistido perplejos a un enfrentamiento que primero fue discreto y luego público y a cañonazo limpio, entre el ministro de Economía, Luis de Guindos, el banquero más poderoso de España, Emilio Botín (Santander) y el Gobernador del Banco de España, Luis María Linde. Si tenemos en cuenta que España está rescata 'parcialmente' para sanear los activas bancarios (fundamentalmente los de las antiguas cajas de ahorro), estamos hablando de un culebrón de envergadura. El ganador ha sido el ministro de Guindos, que ha conseguido – de momento- que José María Roldán no sea el nuevo presidente de la Asociación Española de la Banca (AEB), que engloba a toda la banca privada española.

De regulador a regulado
Luis Roldán ha sido ex director general de Regulación del Banco de España, es decir el encargado de vigilar que los bancos privados españoles cumplan las normas. Los altos cargos del Banco de España solo tienen incompatibilidad para volver a trabajar en la misma área del sector privado durante seis meses, a diferencia de los altos cargos del Gobierno que tienen una incompatibilidad de dos años. Roldán es del PP, trabajó en el gabinete de Rodrigo Rato cuanto éste fue vicepresidente económico, pero independientemente de familias políticas, Luis Roldán es reconocido por haber realizado un buen trabajo al frente de la supervisión y de tener una amplísima agenda de contactos internacionales, dado que a él le tocó hablar y negociar con la Troika y el Banco Central Europeo la reestructuración y rescate de la banca española.

Fue precisamente su experiencia y agenda internacional la que llevó a Emilio Botín, presidente del banco más importante de España y uno de los 5 más grandes de mundo, a proponerle como presidente de la AEB, una especia de patronal bancaria. La propuesta tuvo el visto bueno del Gobernador del Banco de España, Luis María Linde. En principio todo era correcto, alguien cercano al PP, propuesto por Botín pero con el apoyo unánime de todos los banqueros y la aprobación del Banco de España. Hasta que se enteró Luis de Guindos.

De Guindos o la obsesión por demostrar que manda
Es cierto que no parece muy correcto que la misma persona que hace seis meses vigilaba a los bancos pase a ser su representante. Hasta el punto de que el  Banco de España sabían que habría polémica mediática por lo que ya se conoce como "puerta giratoria", es decir, el paso de altos representantes de la administración a la empresa privada. El Gobernador del Banco no debió autorizar ese nombramiento o, al menos posponerlo. Pero la actuación del ministro de Economía ha sorprendido a propios y extraños. Luis de Guindos cultiva una imagen moderada, evita las alharacas del ministro Montoro y 'cuida' a la prensa económica. Pero tiene un punto de soberbia y siempre quiere demostrar que quien manda es él. El pulso sobre el nombramiento del Presidente de la AEB hace época, en primer lugar porque es una asociación privada en la que el Gobierno -en teoría- no tiene nada que decir y desde luego en el que no tendría que interferir. En segundo lugar porque Luis de Guindos ha sido más que tajante, desabrido, en sus conversaciones tanto con Linde como con Emilio Botín. El argumento más o menos viene a ser este: España ha tenido que pagar un rescate por culpa de los bancos, ese rescate lo pagarán todos los españoles, así que manda el Gobierno. Lo que ocurre es que el rescate bancario no lo provocaron ni el Santander ni el BBVA, lo provocaron las cajas y, concretamente Bankia, una caja cuya gestión es única y exclusivamente atribuible al Partido Popular. Sus presidentes han sido primero Blesa, el amigo íntimo de Aznar, y luego Rodrigo Rato, impuesto por Rajoy y ex mano derecha de Aznar. Ellos hundieron a Bankia.

Con el BOE de látigo
Como los banqueros apoyaron por unanimidad la propuesta de José María Roldán y Botín se negó a retirarla, comenzaron las presiones para que el propio Roldán dimitiera. Y como pasaban las horas y no dimitía, el ministro de Economía, en un gesto inédito, anunció que va a endurecer la Ley para que la incompatibilidad de los altos cargos del Banco de España se elevará a los dos años, igual que para los cargos políticos. Aunque este cambio de normativa ya no puede afectar a Roldán, el anuncio público era la exhibición de la máxima presión. De Guindos quiere la cabeza de Roldán y punto. El diario El País ha publicado que José María Roldán dimitirá del cargo en cuestión de horas, otras fuentes señalan que no está claro lo que va a ocurrir.

Francisco Uría, candidato alternativo
Según varios medios de comunicación el Gobierno sí vería bien como presidente de la AEB a Francisco Uría, que trabaja en la empresa auditora KPMG y ha sido colaborador de Cristóbal Montoro (Roldán de Rato). Uría no tendría problemas de compatibilidad. Pero esta batalla entre poderosos ha dejado ver un espectáculo que es de todo menos democrático y respetuoso. ¿Se imagina alguien a un ministro socialista quitando y poniendo al presidente de la patronal bancaria?, es obvio que el PP sigue pensando que cuando gobierna puede también mandar en las empresas. Un espectáculo muy poco democrático y 'liberal', como le gusta definirse a De Guindos. El Banco de España queda muy mal parado y su gobernador más. Ni De guindos ni Linde debería elegir una institución como el Banco de España para sus pulsos y peleas. Y los poderosos banqueros españoles, Botín el primero, muy humillados.