Glass Lewis, uno de los dos mayores 'proxy advisors' del mundo, ha respaldado el plan propuesto por el consejo de administración de Dia, con una ampliación de capital de 600 millones de euros, respaldada por Morgan Stanley, y una refinanciación de la deuda bancaria hasta 2023, por lo que ha recomendado a los accionistas votar a su favor en la junta del próximo 20 de marzo.

En concreto, según la firma de asesoría, los accionistas de Dia deberán pronunciarse a favor de la propuesta del consejo de administración de la cadena de supermercados o de la planteada por LetterOne, sociedad controlada por el inversor ruso Mikhail Fridman y propietaria del 29% de Dia, con una ampliación de capital de 500 millones de euros. El informe señala que la propuesta de LetterOne sufre bajo un rango de condiciones previas que aumentan el riesgo de ejecución en un escenario en el que la cadena de supermercados precisa tener una mayor seguridad, por lo que indica a los accionistas que deberían abstenerse de apoyar el plan de Fridman.

Según explica Glass Lewis, el consejo de administración de Dia considera "esencial" equilibrar el patrimonio neto de la compañía, dado que los fondos propios son actualmente negativos, fortalecer la estructura a largo plazo, reducir el apalancamiento, cumplir con los compromisos financieros y asumir los objetivos esbozados en su plan estratégico. Dia registró cerró 2018 con unas pérdidas de 352,58 millones de euros, con un patrimonio neto negativo de 98,82 millones de euros, una situación que obliga a la firma, según señala Glass Lewis, a adoptar las medidas necesarias para restablecer su saldo de capital y eliminar la causa de la disolución.

El consejo es culpable de la situación actual

Este respaldo a los planes del consejo tampoco supone un refrendo a su labor, dado que el informe afirma que coincide con LetterOne en que la situación actual de DIA es responsabilidad del Consejo actual y advierte de que algunos de sus miembros más antiguos -a lo que culpa de no identificar los cambios en el sector y de no ejercer los mecanismos de control interno- no deberían permanecer en sus puestos en la nueva etapa que se abriría si los accionistas votan a favor de su plan de financiación.