Antonio Garamendi, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), ha pedido que se incluya al Partido Popular en la mesa de negociación del pacto de rentas. “Echo de menos que no se llame al principal partido de la oposición a sentarse en la mesa”, ha lamentado. El líder de los empresarios se ha mostrado disconforme por cómo se está gestionando la negociación en torno al pacto de rentas y, haciendo una metáfora con un salchichón, ha asegurado que a la mesa “llega ya todo cortado”.

En materia salarial, el presidente de la patronal ha criticado la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) por su influencia en el la masa salarial. “El gran drama es que con el SMI los salarios acabarán siendo regulados. Cada vez hay más gente cobrándolo”, ha indicado criticando la subida, no el gran número de trabajadores que cobran apenas mil euros. Garamendi ha señalado como un error la homogenización territorial de la cuantía mensual, que podría aumentar hasta los 1050 euros, y ha asegurado que existen nueve autonomías en las que el SMI es superior al salario medio. 

El empresario vasco se ha desenvuelto duramente también contra “la clase dirigente”, refiriéndose al Gobierno, a la que ha acusado de “enfrentar a la sociedad”. El mayor blanco de sus críticas ha sido la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, a la que ha acusado de “ir en comandita” con los sindicatos y “permitirse el gusto de decir que pactemos los precios”. No obstante, con respecto al otro sujeto de la acusación, los sindicatos, no ha querido echar más leña al fuego de cara a la manifestación del próximo 3 de noviembre, pero ha bromeado: “igual un día convoco yo una manifestación, que igual la lleno también”.

 A pesar de sus palabras contra la titular de Trabajo, Garamendi ha ensalzado la consecución de la reforma laboral. “Se hizo una reforma laboral adecuada que salvó empleo y nos permitió crecer”, ha indicado. Sin embargo, ha reivindicado que, si actualmente los empresario no están de acuerdo con las subidas salariales, “poder decirlo si no nos gusta”. “Me preocupa sobremanera que quieran que seamos (los empresarios) diana de lo que pasa en este país […] Lo que no vale es que tengamos que decir lo que los sindicatos o el Gobierno quieran”, ha lamentado el presidente de la CEOE. En relación con esta cuestión, ha concluido que lo necesario es “unidad, seriedad y altura de miras”.

En lo relativo a las elecciones de la CEOE y la posible competencia que puede planteársele, Garamendi no ha querido pronunciarse, pero ha destacado que cuenta con el apoyo de “todas las patronales regionales menos una (Cataluña)” y de los grandes sectores, como la Construcción o el Comercio. No ha opinado sobre la sonada candidatura de Gerardo Pérez, presidente de Faconauto, ni de los rumores sobre la posible presentación in extremis de Gerardo Cuerva, presidente de CEPYME, a pesar de que este último y la organización a la que representa ya han dado su apoyo al actual líder.

"El día que yo llegué a la CEOE (2018) no estaban incluidas todas las grandes empresas ni los autónomos", ha ensalzado, teniendo en cuenta que ahora sí. No obstante, ha invitado a todo miembro de la organización a presentarse si lo considera conveniente, pero ha recordado que el se presenta "porque me lo han pedido" y que su intención es seguir defendiendo los intereses de los empresarios con lealtad y sentido de Estado.