Este sábado se ha consolidado el acuerdo mediante el cual el G7, las siete principales potencias de la economía mundial, excluirá a las multinacionales estadounidenses del impuesto mínimo del 15% para las empresas que superan la facturación de 750 millones de euros, tal y como anticipaba este pasado jueves el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent

A través de su cuenta de X (antes Twitter), Bessent comunicaba que próximamente se firmaría el acuerdo. "Tras meses de diálogo productivo con otros países sobre el Acuerdo Fiscal Global de la OCDE, anunciaremos un acuerdo conjunto entre los países del G7 que defiende los intereses estadounidenses. El presidente Trump allanó el camino para este logro histórico. El 20 de enero, emitió dos órdenes ejecutivas que instruían al Tesoro a defender la soberanía fiscal de Estados Unidos, y gracias a su liderazgo, ahora tenemos un gran acuerdo para el pueblo estadounidense", señaló.

La medida se produce a modo de intercambio de favores después de que Bessent haya solicitado al Congreso de EEUU que suprimieran la "cláusula 889" o "impuesto de la venganza", con la que Washington podía tomar represalias cuando considerara que sus empresas sufren discriminación fiscal. 

Con este telón de fondo, según cálculos del secretario del Tesoro de Trump, el país logrará preservar así su base imponible, "evitando la pérdida de más de 100.000 millones de dólares (85.444 millones de euros) de los contribuyentes estadounidenses".

En esta línea, quedan fuera del acuerdo los "impuestos a los servicios digitales", en virtud de los que algunos países gravan los beneficios de empresas del sector estadounidenses como Meta, Apple o Amazon.

Por su parte, Bessent ha anunciaba que, sobre la base de este progreso y entendimiento, ha solicitado al Senado y a la Cámara de Representantes "que retiren la medida de protección de la Sección 899" del Proyecto de Ley 'Uno, Grande, Hermoso', por el que Washington se reservaba el derecho a tomar represalias a compañías e inversores de países que aplicasen el impuesto mínimo de sociedades del 15% a las multinacionales de EEUU.

En respuesta al anuncio de Bessent, la ministra británica de Hacienda, Rachel Reeves, comentaba también a través de su perfil en X que se trata de una acción importante del secretario del Tesoro de EEUU, tras un intenso esfuerzo colectivo, "que brinda certidumbre a las empresas".

Objetivo inicial de Trump

Entre las primeras decisiones de Donald Trump tras su regreso a la Casa Blanca destacó la orden, emitida el primer día de su segundo mandato presidencial, de dejar sin efecto cualquier compromiso del país en relación con el Acuerdo Fiscal Global impulsado por la OCDE, que fija un gravamen mínimo del 15% a nivel global para aquellas empresas con una cifra de negocio superior a los 750 millones de euros.

"El Acuerdo Fiscal Global de la OCDE, apoyado por la administración anterior, no sólo permite la jurisdicción extraterritorial sobre los ingresos estadounidenses, sino que también limita la capacidad de nuestra nación para promulgar políticas fiscales que sirvan a los intereses de las empresas y los trabajadores estadounidenses", afirmaba el presidente estadounidense en su orden.

Si bien jurisdicciones como la Unión Europea y Reino Unido han adoptado este compromiso para fijar un impuesto corporativo mínimo del 15%, en EE.UU. el Congreso no había ratificado la medida.

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