El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha diseñado un plan de recetas para frenar la ola inflacionista en los países más avanzados. Entre otras, recomienda aprobar escudos anticrisis solo para los hogares con rentas más bajas, los más vulnerables, mientras que rechaza otra serie de medidas como las bajadas de impuestos generalizadas. Además, recomienda huir de los topes a los precios y diseñar ayudas directas para los más afectados.

El FMI considera un error que los Gobiernos traten de limitar o aminorar la subida de los precios a nivel nacional, sea de la forma que sea. Es decir, rechazan bajadas impositivas, topes a los precios o subsidios directos a determinados productos como los carburantes o el precio del gas. Según el organismo internacional, estas medidas suponen una presión extra sobre las finanzas públicas y maquillan la realidad económica.

El organismo explica en un documento hecho público este martes que los encargados de estas políticas tendrían que permitir que los altos precios a nivel global se trasladen a las economías nacionales mientras, en paralelo, se protege a los hogares vulnerables afectados por los aumentos. El FMI defiende que este planteamiento es "menos costoso que mantener los precios artificialmente bajos para todos, independientemente de su capacidad de pago".

En el caso de España, recomienda utilizar las transferencias de efectivo temporales y específicas para mitigar el impacto en los grupos vulnerables y de bajos ingresos. El organismo apuesta por subvenciones independientes del consumo de energía y alimentos, en aras de no distorsionar los precios relativos. Ante esto, recomiendan basarse en los programas sociales y mecanismos ya existentes como la gestión del Ingreso Mínimo Vital (IMV).

Recomendación para las eléctricas: impuesto a sus "ganancias excesivas"

Por otro lado, el informe del FMI recalca que los sistemas impositivos también pueden servir para dar alivio a los hogares vulnerables a través de créditos fiscales reembolsables. Con respecto a los precios de la energía, el organismo propone medidas temporales que dependen de los proveedores de servicios públicos, lo que consideran una alternativa “progresiva y menos distorsionadora”.

Las mayores recomendaciones pasan por la parte impositiva. “No es aconsejable reducir los impuestos sobre la energía y los alimentos", reza el documento del FMI, alertando de las pérdidas de recaudación. Pero no solo a la menor recaudación, sino al apoyo que se brindaría a ricos y pobres por igual.

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El FMI también ha hecho públicas sus recomendaciones para las eléctricas como papel clave de problema y propone un impuesto para que las "ganancias excesivas" de estas empresas sirvan para avanzar en cohesión social. Esto supondría poner el foco en las compañías con beneficios inesperados y no en las empresas “que se ven gravemente afectadas” por esta situación, con “ganancias normales” o incluso “pérdidas”.