El Estatuto de las Personas en Formación Práctica en el Ámbito de la Empresa, más conocido como el Estatuto del Becario, parecía una realidad el pasado mes de octubre tras el acuerdo alcanzado entre el Ministerio de Trabajo y Economía Social; sin embargo, el texto ve ahora peligrar su aprobación ante la negativa de los sindicatos al nuevo texto reformado que ha remitido la cartera liderada por Yolanda Díaz. En lo que consideran una cesión al lobby universitario y a la patronal, los sindicatos se han plantado con la modificación que afecta a las prácticas extracurriculares.

“No estamos de acuerdo con las prácticas extracurriculares y la propuesta del Gobierno no nos vale. Nos oponemos y si se mantiene en términos similares romperemos el acuerdo”, ha sentenciado Unai Sordo, secretario general de Comisiones Obreras (CCOO). Lo cierto es que las modificaciones introducidas en la norma suponen cambios sustanciales en las prácticas extracurriculares, mecanismo que habitualmente es utilizado por las empresas para la contratación de becarios que desarrollan funciones de trabajadores en vez de prácticas formativas. En definitiva, falsos becarios que no solo desarrollan actividades de personal laboral, sino que encima no perciben o perciben un mísero salario a cambio.

Modificaciones introducidas

Las peticiones de patronal y universidades han llegado a buen puerto y el nuevo texto asume una posición bastante más tibia que el anterior en lo referido a las prácticas extracurriculares. Estas podrán aplicarse, desde la entrada en vigor de la norma, durante un periodo de prórroga de tres años siempre y cuando no superen los 36 créditos por curso académico y cumplan con lo establecido en la ley. Esto representa una alteración sustancial, ya que, en el acuerdo alcanzado con los sindicatos, la prórroga establecida se alargaba tan solo un año, con la excepción de tres años para aquellas titulaciones que no contasen con prácticas curriculares en su plan académico.

Un total de 900 horas anuales, la mitad de una jornada laboral estándar (40 horas semanales), es lo que representan los 36 créditos máximos que contempla el nuevo documento. Casi 1.000 horas que no tienen que ser remuneradas (normalmente no lo son) y en las que no se contemplan derecho como las vacaciones o a la percepción de la prestación por desempleo tras su finalización, al no cotizar por este aspecto. Además, la nueva propuesta remitida por Trabajo refleja también que aquellas prácticas ajenas al plan de estudios que se realicen en el extranjero, sea total o parcialmente, quedarán exentas de cumplir las obligaciones del Estatuto.

Oposición de los socios de Gobierno

Las concesiones realizadas por el Gobierno no responden únicamente a las presiones recibidas desde el mundo universitario y empresarial. Los socios habituales del Ejecutivo de coalición también se han posicionado en contra de la eliminación de las prácticas extracurriculares. ERC, PNV y EH Bildu han mostrado sus reticencias en más de una ocasión y, aunque las negociaciones siguen abiertas, es conocido que el apoyo parlamentario de estas fuerzas al Estatuto está muy relacionado con este tipo de prácticas.

La posición de ERC se debe a las reclamaciones de las universidades y centros educativos privados catalanes, escuchadas por la formación republicana. La situación de EH Bildu es muy similar, ya que, sufre también una dura presión de las universidades vascas. En el caso del PNV la situación es parecida, con el agravante de la importante influencia y el peso económico de los centros y fundaciones privadas en la educación vasca. El dinero generado por los centros educativos y la presión que realizan se constatan como variables que han motivado la modificación que, aunque puede facilitar el apoyo en el parlamento, significa el alejamiento de los sindicatos.

Aspectos que se mantienen igual

El resto de aspectos, por lo que transmiten fuentes involucradas en la negociación, se mantienen en la misma línea. Así, se mantiene que el porcentaje de becarios de una plantilla laboral no pueda superar un máximo del 20%, aunque cualquier empresa podrá tener dos, aunque supere este porcentaje, y que cada tutor no pueda hacerse cargo de más de cinco tutorizados. De igual manera, los becarios no podrán trabajar ni de noche ni por turnos y la empresa tendrá que compensar los gastos de transporte, manutención y alojamiento.