Pueden denominarse microcasas o tiny houses, pero realmente son habitáculos de 20 metros cuadrados, situados en un polígono industrial, con apenas luz natural. Este es el último y despiadado negocio neoliberal que ha desembocado en España al módico precio de 800 euros al mes. Este lunes comienzan a llegar los inquilinos a este complejo ubicado en Rivas Vaciamadrid, municipio de la Comunidad de Madrid, que cuenta con 847 apartamentos de diversos tamaños, los más grandes de 50,5m², los más pequeños (500 del total) de apenas 25.

La lavadora es un privilegio que los inquilinos deberán compartir en las zonas comunes y las camas se despliegan de las paredes, convirtiendo los 25m² en un bonito recuerdo que recuperar a la mañana siguiente, junto con la mesita del salón y el sofá, sepultados bajo el plácido descanso. La luz procedente del exterior se paga cara y el precio aumenta de forma paralela a la altura, siendo el menor el de los bajos nada luminosos (788 euros). Los ‘pisos’ algo más grandes, de 37,5 y 50,5 metros, ascienden hasta los 956 y los 1.029 euros, respectivamente. Las vistas a la carretera, un Leroy Merlin y un Bricomart completan la postal.

Gimnasio, sala de yoga, azotea o una bañera para lavar al perro son algunos de los “espacios comunitarios” que BeCasa, empresa comercializadora, esgrime para justificar el precio y asegurar la comodidad. Más vale que así sea, pues salir de allí para acercarse al centro, por ejemplo, no resulta sencillo. Media hora, si el tráfico madrileño fluyese como agua por una tubería, es lo que separa el emplazamiento de localizaciones céntricas. En coche, por supuesto. En transporte público la inversión de tiempo se aproxima a la hora y la estación más cercana (Rivas Futura) se encuentra a diez minutos. Relevante es la distancia con ubicaciones céntricas porque es donde la mayor parte de los trabajadores se ven obligados a desplazarse para desarrollar su jornada laboral.

Negocio redondo

La especulación inmobiliaria no da puntada sin hilo y la desesperación de la ciudadanía por encontrar un hogar también es una variable a tener en cuenta en el mercado. De hecho, cobra una gran importancia, ya que, tras una búsqueda rápida en portales inmobiliarios, pueden encontrarse pisos con precios similares, pero bastante más grandes y equipados. Sin embargo, no puede cubrir la elevada demanda. En consecuencia, estas residencias de estudiantes a la americana se convierten en una de las escasas opciones para muchas personas. Tal será su éxito que prevén expandirse también a zonas como Valdebebas y otros municipios del norte de Madrid, donde los precios serán mucho más elevados al ubicarse en emplazamientos con mayor poder adquisitivo.

No obstante, la gran característica que explica la gran rentabilidad de este negocio es otra: suelo terciario. Es decir, suelo destinado a construir oficinas, hoteles o comercios, de ninguna manera viviendas, que es un 30% más barato que el suelo residencial. El tirabuzón es doble, ya que, no solo pueden construir más barato bajo una licencia de apartahotel, sino que, además, los pisos pueden ser más pequeños al huir de la Ley de Arrendamientos Urbanos. Quiebro con el que también pueden llevar a cabo subidas ilimitadas de los alquileres al finalizar el contrato, a pesar de que actualmente están limitadas al 2%.

Zulos utilizados como viviendas, promocionados como viviendas y cobrados como viviendas, que escapan de la normativa de vivienda bajo la mirada permisiva de las administraciones. Si bien es cierto que cuenta con wifi, gimnasio y luz gratis, servicios que bien valen renunciar a tener más de una habitación, luz exterior o cama y sofá al mismo tiempo.