Telefónica Infra, la filial de infraestructuras del Grupo Telefónica, ha cerrado un acuerdo con Asterion Industrial Partners, una firma independiente de gestión de inversiones en infraestructuras, para la venta de cuatro centros de datos en España y Chile, a cambio del 20% de la participación de Nabiax.

Estos centros son propiedad del Grupo Telefónica y se traspasarán a Nabiax, proveedor de servicios de Colocation y Housing, así como operador de los once centros de datos vendidos por Telefónica en 2019 por más de 550 millones de euros. Ahora, a cambio de esta operación la filial recibirá una participación del 20% del capital, reforzando la colaboración estratégica con el accionista actual, Asterion, y sus coinversores, con el 80% de la participación restante.

Este acuerdo se complementa con la firma de un contrato de prestación de servicios de housing en unos términos y condiciones equivalentes a los establecidos en la operación anterior de compraventa, con un periodo inicial de diez años. La operación no incluye la venta de servidores propiedad de Telefónica o de los clientes alojados en ellos, ni tampoco la gestión y el acceso a los mismos.

Con esta operación, Telefónica seguirá prestando y gestionando los servicios que ofrece a sus clientes desde los centros de datos que utiliza actualmente y, asimismo, mantendrá una relación directa con ellos.  

Líder en servicios de conectividad y capacidades Cloud

"El acuerdo anunciado este lunes permite a Telefónica cristalizar el valor de sus activos de infraestructura, manteniendo intacto su posicionamiento comercial, la relación con sus clientes y su liderazgo en la oferta de servicios de conectividad y capacidades Cloud para el segmento corporativo", aseguran desde la compañía en un hecho relevante.

La participación del 20% de Telefónica Infra en Nabiax permitirá a la compañía mantener la exposición en un mercado en auge, con perspectivas de crecimiento atractivas y contribuyendo a la generación de valor de la compañía. Además, ambas empresas profundizarán en la cooperación comercial, con nuevas oportunidades de negocio conjunto como edge computing o la automatización de la explotación de los datacenters.

El cierre de la operación está condicionado a las correspondientes aprobaciones regulatorias y trámites administrativos y todo apunta a que se produzca en dos fases. Por un lado, una primera fase correspondiente a los centros de datos de España y, por otro, en relación a los centros de datos de Chile.