El regulador de Nuevo México ha rechazado la compra de Iberdrola, a través de su filial Avangrid, de PNM Resources. Así, la eléctrica no puede seguir adelante con la compra de esta compañía, al menos de momento, y su intención de crear un gigante energético en Estados Unidos.

El rechazo a la operación ha sido unánime por parte de los cinco miembros de la comisión regulatoria del Estado de Nuevo México, quienes consideran que los riesgos del acuerdo superan los beneficios que se han prometido a los contribuyentes estatales. Entre estos riesgos aparecen la preocupación por el historial de servicio de Avangrid en su empresa de Maine y por la imputación del presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, en el caso Villarejo.

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"No podemos permitirnos el lujo de descartar esos posibles problemas", aseguró el presidente del regulador, Stephen Fischmann durante la reunión virtual para estudiar la operación. "No es el socio adecuado en este momento crítico de nuestra transición energética", recalcaba.

La operación de Iberdrola en el mercado de Estados Unidos suponía un valor de empresa implícito de alrededor de 8.300 millones de dólares, el equivalente a 7.007 millones de euros; con una deuda neta más ajustes de aproximadamente 4.000 millones de dólares (alrededor de 3.377 millones de euros).

Más allá de las cifras económicos, la compra de Iberdrola suponía la creación de una de las grandes energéticas en el mercado estadounidense, que cuenta con diez eléctricas reguladas en seis estados diferentes -Nueva York, Connecticut, Maine, Massachusetts, Nuevo México y Texas- y se convertiría también en el tercer operador de renovables del país norteamericano.

"Decepción" desde ambas partes

Desde Iberdrola reflejan su “decepción” por tratarse de una decisión “injusta” y avanzan su intención de recurrir este rechazo ante el Tribunal Supremo. La compañía recuerda que la compra ya contaba con el visto bueno de todos los anteriores premisos, procedentes de diferentes organismos, y con el respaldo de los grupos de interés. "Esperamos algún día darle la bienvenida a Nuevo México a la familia Avangrid", aseguran.

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Unas declaraciones que se repiten también desde la compañía objeto de compra, PNM Resources. Por su parte, el presidente y consejero delegado, Pat Vincent-Collawn, ha hecho pública su decepción y considera que no se han tenido en cuenta "los méritos de los acuerdos alcanzados por las partes y también se rechazó la solicitud de escuchar argumentos orales".

"Presentamos un acuerdo que fortalecería el futuro de Nuevo México al asociarnos con una empresa global para enfrentar los desafíos del cambio climático mientras se garantiza un servicio asequible y confiable para los clientes de PNM en los próximos años", ha lamentado en un comunicado el representante de la compañía.

La unión de Avangrid y PNM terminaría con alrededor de 4,1 millones de puntos de suministros, una base de activos regulados de aproximadamente 14.400 millones de dólares (alrededor de 12.157 millones de euros), más de 168.000 kilómetros de redes de distribución y transporte y alrededor de 10,9 GW de capacidad instalada.